Thursday, October 30, 2008

Lo que el viento se llevó: Ícono de una generación


(Advertencia:

Perdón a mis lectores, si , soy repetitiva como todos, padezco de ciertos leit motivs, ciertos emblemas que aparecen como temas recurrentes; Lo que el viento se llevó, Scarlett O'hara y Rhett Buttler son... eso. )


Tendría como cuatro años cuando mi madre me llevó al cine del barrio (el Azteca) a ver “Lo que el viento se llevó”. Me impresionó tanto que durante muchos años tuve pesadillas en las que aquel mundo devastado de la guerra civil norte-sur de EU, se me aparecía como anticipación apocalítipa del fin del mundo. Ésta quedó fija en mi memoria como el máximo registro infantil de dolor emocional ante la conflagración bélica. Obviamente no había vivido nada. En aquella tierna edad mis tragedias eran de celuloide. Pero, debo admitir, lo que más me impresionó, y lo que me dejó más huella emocional, ha sido el personaje de Scarlett O'Hara, horrorizada por la guerra y la muerte, indignada por la pobreza y el hambre, afrontada a la responsabilidad de ser. En ella no había cabida para las debilidades femeninas a pesar de su belleza...

Si mal no recuerdo, Scarlett O'Hara trepó a su hermana parturienta arriba de una carreta que condujo por entre el campo de batalla. Al fondo se escuchaban los ruidos de la metralla, además de guerra todo era desolación, fuego, humo, destrucción. Scarlett cumplió con su cometido resguardando su carga de nueva vida. En la casona paterna reinaba el dolor, la oscuridad y el abandono, Scarlett entra hasta el traspatio y del magro huerto arranca un tubérculo del suelo, en ese momento hace un juramento. Esa es la escena que más ha impresionado a la niña, en ella se mezcla, por un lado el arrojo, la valentía y el coraje del personaje con una especie de sentido del deber extraordinario. Dicha escena se repitió durante años en mis pesadillas.

Scarlett, prototipo de la mujer del siglo XX

Scarlett O'Hara, bella y fuerte, vulnerable e invensible. ¿El prototipo de la mujer de la segunda mitad del siglo XX? Mujer en plena lucha por la sobrevivencia, no sólo como ser humana, sino como ente cargado de significaciones inaprensibles y contradictorias, significaciones al fin determinantes. O se tiene amor o se tiene éxito en el sentido masculino. Ahora que a principios del siguiente siglo la lucha parece enconada y en ocasiones perdida, la misoginia y el feminicidio se erigen sobre nuestras dulces cabecitas, tan llenas de ideas y sueños imposibles.

Lástima… Rhett

Rhett Butler, prototipo del hombre fuerte, dominante, poderoso, nunca podrá serlo lo suficiente para retener a Scarlett , y, finalmente, huye. Al parecer la abandona aunque en realidad nunca la tuvo. Ese final me conmueve, Scarlett permanece arriba de la escalera. Quizás llora un poco y da media vuelta exclamando un diálogo: Me iré a dormir, mañana pensaré cómo haré que vuelva, mañana será otro día.

Nota: Hace unos días recibí un mensaje de Milagros Revenga, quien fue la compañera de Alejandro Aura en sus últimos años, donde informa del sentido homenaje póstumo que le hicieron sus amigos de Madrid. Vaya por este medio un saludo de reconfortamiento a Milagros.

Thursday, October 23, 2008

Edith, las amazonas, Serrat y Aute



Edith y las Amazonas

Hace unos días recibí correo de mi querida amiga Edith desde España. Como siempre sucede, su mensaje fue para mí como recibir una bocanada de aire fresco. Me reservo revelar lo que ella me dice, pero trascribo aquí parte de mi respuesta: “Hola Edith. Me da gusto saber de tí.. A pesar del aire de misterio, noto en tu prosa un estado espiritual de serenidad, la serenidad que proviene de saberse completa. Eso me gusta. Somos como amazonas. ¿Recuerdas el mito de las amazonas, aquellas mujeres guerreras capaces de cercenarse un seno para poder manejar mejor el arco? Claro que a estas alturas de la civilización no hay que llegar a tales extremos, pero en el plano de lo simbólico, que es en el que cobran sentido los mitos, la decisión de la amazona actual refiere a esa actitud frente a la vida de saberse completa, autónoma y libre”. Edith: Hasta donde estés, va contigo mi pensamiento.

Serrat y Algo personal

Y los 20 mil que estuvimos en El palomar coreamos junto con Serrat: “Probablemente en su pueblo se les recordará, como cachorros de buenas personas, que hurtaban flores para regalar a su mamá, y daban de comer a las palomas. Probablemente que todo eso debe ser verdad, aunque es más turbio cómo y de qué manera, llegaron esos individuos a ser lo que son, ni a quién sirven cuando alzan las banderas… Se gastan más de lo que tienen en coleccionar, espías, listas negras y arsenales; resulta bochornoso verles fanfarronear, a ver quién es el que la tiene más grande…” ¿Será por algo que sabemos, por alguna experiencia con políticos? Y continuamos:”…No conocen ni a su padre cuando pierden el control, ni recuerdan que en el mundo hay niños. Nos niegan a todos el pan y la sal. Entre esos tipos y yo hay algo personal. Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión, de declarar públicamente su empeño, en propiciar un diálogo de franca distensión, que les permita hallar un marco previo…” Ciertamente, fuera de la expresión común entre políticos, esa de que no es nada personal, si hay algo personal, lo subraya Joan Manuel con gran agudeza crítica en su canción Algo Personal. Esta que escribe agrega: …y cuando pierden el control no conocen ni a su madre ni a su padre, mucho menos a sus amigos.

Auté y la belleza perdida

Otro excelente poeta musical español Luis Eduardo Aute escribe:
“… y ahora que ya no hay trincheras el combate es la escalera y el que
trepe a lo mas alto pondrá a salvo su cabeza Aunque se hunda en el asfalto
la belleza...
Míralos, como reptiles, al acecho de la presa, negociando en
cada mesa maquillajes de ocasión; siguen todos los raíles que conduzcan
a la cumbre, locos por que nos deslumbre su parásita ambición. Antes iban
de profetas y ahora el éxito es su meta; mercaderes, traficantes, más que
nausea dan tristeza, no rozaron ni un instante la belleza...”

Igual que Aute, hago un acto de fe con lo siguiente: “…Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada la belleza…”

 

Monday, October 13, 2008

La ejecución nuestra de cada día



Imposible soslayarlo. La semana que termina cuando escribo estas líneas ha sido pésima para el ánimo de los chihuahuenses. Entre los once –nada más once—que murieron en la balacera del Río Rosas se encontraba nuestro colega David García Monroy, uno de los mejores escritores que deambuló por estas tierras en los últimos veinticinco años. No sólo eso, DGM fue todo un personaje del periodismo local, tanto por su maestría en el oficio de la escritura sino también por la firmeza de sus ideas y su probada honestidad. Esto lo afirmo aun cuando muchas veces no estuviera de acuerdo con sus posturas políticas. Demás está decirlo pero es necesario aclararlo, en el momento que ocurrieron los hechos, David, como cualquier parroquiano común, se encontraba tomándose un rato de descanso en este lugar de diversión. Nada tenía que ver con el narco, ni mucho menos. Por alguna nefasta razón se ha hecho creer a la opinión pública que quienes han sido víctimas de las llamadas “ejecuciones” están todos implicados en esta actividad. Habría que tener la certeza de tales afirmaciones pero como no hay datos claros, queda la duda. No obstante, sean delincuentes o no, también son seres humanos y, francamente, a esta que escribe como a muchos, nos duele enterarnos cada día de nuevas muertes por la violencia. Máxime que estamos expuestos en cualquier lugar y a cualquier hora del día. Que quede claro: No se trata de una guerra de ficción, es la realidad.

Raúl Anibal dice:

Raúl Anibal recogió en su página blog ( http://raulanibal.blogspot.com ) las siguientes palabras de David publicadas el pasado 24 de septiembre: “El torrente de noticias pésimas hace pasar desapercibido el raquítico manojo de buenas nuevas. Uno puede buscar inútilmente en las páginas de los diarios un solo párrafo alentador, una sola nota que nos haga sentir fe y esperanza”. Desafortunadamente David se ha ido y el resto quedamos aquí, pretendiendo inútilmente que algo subsista en el fondo de la caja de Pandora.

Serrat en Chihuahua

Habíamos acariciado largamente el momento de ver a Joan Manuel Serrat nuevamente en Chihuahua y fue apoteótico –a pesar de que se percibía una tristeza colectiva--, ya que más de 20 mil espectadores pudimos compartir la admiración por este gran artista en el maravilloso escenario que ofrece hoy El Palomar. El público fue respetuosísimo con esta leyenda viva de la música contemporánea, cuyo prestigio radica no en los oropeles del showbisnes, tampoco en el snobismo de la llamada cultura culta, sino fundamentalmente en haberse formulado como un militante activo de sus raíces culturales y de la poesía hispana. ¡Un beso para Serrat!

Show vs. violencia

Dicho sea de paso, no hay ni habrá show o espectáculo alguno, comercial o culto, de pueda compensar la pérdida de vidas humanas.

Monday, October 06, 2008

Cultivo una rosa blanca




Amistad con Cuba

El amor por Cuba y su pueblo nos nace desde José Martí. ¡Quién no recuerda aquellos Versos Sencillos! : “ Yo soy un hombre sincero de donde crece la palma. Y antes de morirme quiero echar mis versos del alma. Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy: Arte soy entre las artes, en los montes, monte soy. Yo sé los nombres extraños de las yerbas y las flores, y de mortales engaños, y de sublimes dolores. Yo he visto en la noche oscura llover sobre mi cabeza, los rayos de lumbre pura
de la divina belleza…”. O aquellos de… “Cultivo una rosa blanca en Junio como en Enero, Para el amigo sincero, que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca, el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo, cultivo una rosa blanca”. Versos que aprendimos de memoria desde la tierna infancia luego de leerlos en los libros de texto de primaria. (Siempre me cautivaron y casi puedo visualizar las ilustraciones maravillosas que los acompañaban en esos añorados libros, los esenciales donde aprendimos la lectura.) Con más justeza debo decir que la amistad y complicidad entre ambas naciones tiene un carácter histórico gracias al origen común. Mancuerna que se ve ampliamente reflejada, entre otras manifestaciones de la cultura, en la literatura. Está el caso de los personajes surgidos de la inventiva de Alejo Carpentier en su novela “Concierto Barroco” –por cierto excelente— en la que un mexicano mestizo adinerado y su siervo negro cubano viajan juntos a Europa donde causan gran asombro, uno con su grandilocuencia nata y otro con su inequívoco talento musical. Van, cual amables conquistadores, para dejar honda huella en las costumbres y en la artes del viejo continente. Con ellos llevan el chocolate, la plata, una gastronomía deliciosamente mestiza, los ritmos afroantillanos y la triste historia del emperador Moctezuma, Cortés y la Malinche. En resumen: Cuba nos llega al alma por distintos motivos.

Llueve sobre mojado

Si bien la Isla ha resistido durante décadas la violencia del vecino país del norte, violencia disfrazada de bloqueo económico, dejando bien clara la capacidad de resistencia y sobrevivencia heroica del pueblo cubano, hoy en día atraviesa por una tragedia de medidas catastróficas luego de haber sufrido la embestida de la naturaleza en dos ocasiones. Urge el apoyo. Nosotros, estimados lectores, solamente hemos visto lo mínimo y es terrible, imagínense lo que pasa en la Isla, tan desprotegida, tan expuesta. La Casa de la Amistad con Cuba, integrada por entusiastas simpatizantes de Cuba, está convocando a los interesados para que hagan sus aportaciones a la cuenta número 00444054008 de BBVA Bancomer a nombre de María del Rosario Ibarra de la Garza.

Blogs

Agradezco a los amigos del Taller de Música Popular El Cántaro de Ciudad Juárez por haber subido la Rueda de Perq a su blog (http://tallercantaro.blogspot.com) y les anuncio que debido a la insistencia de amigos y lectores por fin se activó una página blog para la columna. Si ustedes desean releer los textos publicados de noviembre a la fecha, pueden ingresar a la dirección http://laruedadeperq.blogspot.com. Con un ¡Hasta siempre! Me despido.

Miguel Ángel, Víctor Hugo y Carpinteiro


Miguel Ángel Giner fue un personaje extraordinario. Nos conocimos muy jóvenes, andábamos quizás en los veinte cuando él se aparecía de vez en cuando por mi casa. Yo estudiaba Letras, él estudiaba Psicología. Fue siempre amabilísimo, pero más que eso tenía una gran cualidad, todo le parecía digno de su atención. Se asombraba con alguna conversación, un libro, una canción, una idea y se enternecía con el recién nacido Daniel Espartaco que dormitaba en la cuna. Me daba la impresión que hasta las plantas de la ventana, la lámpara del comedor, el sillón improvisado de la sala, todo le era maravilloso. Desde luego era un soñador, un idealista como lo éramos todos a esa edad. Terminó la carrera y un día se marchó de la ciudad, no volvimos a saber de él hasta que regresó enarbolando la causa de Rita Quintero, la rarámuri que encontró interna en un siquiátrico de Kansas, EU. La historia de Rita, así como la lucha que emprendió Miguel Ángel para hacerla regresar a Chihuahua, quedó plasmada en la obra de nuestro querido Víctor Hugo Rascón “La mujer que cayó del cielo”. Miguel Ángel y Víctor Hugo sellaron entre ellos una amistad histórica, no sólo porque ambos fueron de esos personajes cuyo paso por la vida nunca quedará en el olvido, sino porque dieron nacimiento a uno de los más contundentes discursos dramáticos del siglo XX en la obra ya mencionada, cuyo trasfondo, más allá de la anécdota de por si heroica, tiene que ver con varios de los temas existenciales de nuestra Era: la otredad, la heterofobia, el etnocentrismo, la incapacidad para comprender y respetar al otro, la ignorancia de lo que no nos es propio, la discriminación hacia los ilegales, los indígenas, los enfermos y las mujeres en un mundo dominado por el poder, el imperialismo económico y el colonialismo cultural. Miguel dejó este mundo hace algunos años, siendo joven aún. Víctor Hugo falleció hace solo un par de meses. Hoy en día, en el montaje dirigido por Barclay Goldsmith, el actor Víctor Carpinteiro da vida al personaje de Miguel Ángel. Entre sus vivencias, hace un par de días narró a esta que escribe el impacto que le produjo conocer al hombre real y tener que autoasumirse como un actor que re-crea a un personaje, es decir que lo hace verosímil sin ser aquel. De igual modo describió el inconcebible dolor que le causó tener que representarlo el mismo día de su muerte. Concluyo que en estos efectos radica la magia del teatro y el dramaturgo Víctor Hugo lo sabía muy bien. El texto dramático y la representación escénica ante un auditorio hacen que los simples hechos del argumento –que pueden o no estar basados en hechos reales-- trasciendan hacia el plano de lo filosófico a través de la ficción. Por ello el teatro, el buen teatro, nos debe hacer pensar.

Nota de contexto: Mientras escribo esta columna escucho a Billy Hollyday, tan jazz, tan negra, tan sensual. Gracias vida por darme la oportunidad de disfrutar de la belleza de la música.

El gallo colorado


Si el síndrome del espejo mágico es terrible para quien lo detenta y más para quién lo padece indirectamente, el síndrome del gallo no lo es menos. Ahí les va una historia:

Allá en su rancho mi abuela María, una mujer sencilla de pueblo, era orgullosa propietaria de uno de los gallineros mejor instalados de los alrededores. Era un espacio grande y de sólidas bardas de adobe, cerrado de modo que las gallinitas no se salieran del corral. Decía ella que para que no anduvieran entre inmundicias. Diariamente les llevaba su maíz quebrado, purina y las tortillas y sopitas que sobraban de la comida. Las conocía a todas y cada una por sus características y hasta nombre les tenía: la pinta, la negra, la colorada, la búlica, la copetona, la cucha, la gritona; en fin, las amaba, cuidaba y alimentaba con esmero para que hubiese todos los días suficiente huevo fresco y carne de pollo o de gallina para las fiestas. En aquel gallinero había dos grandes higueras, una blanca y otra negra, que desde luego daban abundantes higos, tantos que se caían solos y servían también de alimento a las gallinas. En tiempos de cosecha los nietos nos andábamos todo el día asomando al gallinero porque queríamos comer de aquella dulcísima fruta; muchas veces sin animarnos a entrar porque el gallo colorado, dueño y señor del lugar, apenas nos veía poner un pie adentro se nos lanzaba encima a picotados y kikirikis y clocloclos. En verdad aquel animal era temible, no sólo era un aguerrido guardián de su territorio sino también un cruel tirano de sus gallinas, las traía “juídas” y hay de aquella que no se rindiera, la agarraba a picotazos en la cabeza hasta que la atrevida se echaba y pum requete pum… el gallo cumplía con su cometido. El gallo reinó en el gallinero durante años, prácticamente toda nuestra infancia, plagando nuestro anecdotario familiar de historias relacionadas con el gallito valentón, de las corredizas que nos ponía y de las mil y una estrategias que inventábamos para evadir su animal vigilancia. Ya entrada la adolescencia regresé durante unas vacaciones a casa de los abuelos y me enteré de la desaparición del gallo. Lo mataron las gallinas --me contó mi abuela-- un día, como si se pusieran de acuerdo, entre todas lo picotearon hasta dejarlo lacio y así se anduvo un tiempo hasta que colgó el pico. Triste fin el del gallito.

El complejo del gallo

Con esta inocente historia se puede ilustrar el complejo del gallo. Hay hombres que se sienten el gallo del gallinero, esposos de todas la gallinas, papás de todos los pollitos y dueños del territorio y hasta de las higueras. Solo que en ese afán se les va la vida.

La moraleja es que por muy espolonudo que se sienta y muy kakareador que sea el gallo, todo es que las gallinas se organicen para que le den en la torre. Epílogo:

Tanto que me divierte el tartamudo gallo Claudio con sus tarugadas, ahora lo veo sospechoso.

Dime espejito


Dime espejito ¿Quién es la más bella?

¿Quién no recuerda aquel aterrorizante personaje del cuento de Blanca Nieves, la madrastra malvada que cada día repetía el ritual de mirarse en su espejo mágico para preguntarle quién era la más bella entre las bellas. El espejo, al fin cómplice, le contestaba siempre que ella, hasta que un día ( así cuentan los cuentos) el espejo le contestó que ya había otra mejor, o sea Blanca Nieves, la hijastra. La madrastra, transformada en bruja por la ira mandó un sicario a sueldo para acabar con la vida de la niña… La historia todos la sabemos porque formó parte de nuestra mitología infantil. Esta que escribe hasta la fecha tiene pesadillas con aquel bosque siniestro y la piensa dos veces antes de morder una manzana obsequiada por alguna ancianita desconocida. La historia de Blanca Nieves es una de tantas que circulaban en la tradición oral de los pueblos europeos en los tiempos medievales y sin embargo, como todos los mitos ancestrales, refleja perfectamente pautas de comportamiento humanas. Me explica un amigo muy sabio pero muy sabio, David, cómo se manifiesta el síndrome del espejo: las personas, que generalmente construimos nuestra identidad el uno frente al otro, buscamos vernos reflejados en el espejo del otro. Cuando el espejo del otro es concordante estamos felices en mayor o menor grado de acuerdo al estado de nuestro ego; en algunos casos, cuando la complicidad o la codependencia son mayúsculas esto implica la sumisión del uno frente al otro. Es decir, hay parejas, por ejemplo, en las que uno se enajena por el otro y se convierte en su espejo fiel, el enajenado repite las ideas, palabras y hasta las actitudes del agente de enajenación; y así es como vemos a esposas agachadas, temerosas, pendientes solo del gesto del marido, como los perros. Esas pobres mujeres que cuando están solas, brillan con su propia luz, pero cuando acompañan al hombre se opacan para convertirse en espejos. El peor caso del síndrome es el de aquellos que no soportan ver espejos diferentes, es decir, que estallan de ante la evidencia de que el espejo mágico les muestre otra realidad distinta a su ego. ¿Qué hacen? Destruyen el espejo, lo aniquilan.

Mujeres de Lucha

Hace unos días se anunció el nombre de la ganadora del Premio María Luisa Reynoso de este año, nada menos que mi amiga Irma Campos Madrigal. Con ello se empatan dos personajes relevantes para la causa de los descastados, los niños, los trabajadores y las mujeres. María Luisa Reynoso que navegó durante décadas con la problemática de los niños en situación de vulnerabilidad extrema por orfandad o abandono que eran recogidos en el amoroso seno de la Granja Hogar de Niños. María Luisa Reynoso y esta servidora coincidimos en una reunión con motivo de la firma de convenios entre Gobierno del Estado y la organización que representaba en ese tie mpoGilberto Rincón Gallardo. Tardaba en comenzar el evento lo cual nos dio tiempo de charlar, y me dijo –Oye qué bueno que tenemos tiempo de platicar. Mira, tú me ves como religiosa pero en realidad soy una mujer de lucha. He luchado mucho. Abracé la causa de los niños necesitados a pesar de no tener apoyos. Quiero que oigas mi historia-- . Me dejó tan vivamente impresionada ese día que pensé entablar una entrevista posterior, no se pudo, falleció menos de una semana después. No obstante concluí que, independiente de su religiosidad, la Reynoso era una mujer de Lucha, igual que nuestra Irma Campos. Felicidades Irma.

Viajante


Los viajes ilustran, dice un dicho popular. El solo hecho de ver otros paisajes y conocer otras ciudades, ambientes sociales y personas, es ampliamente educativo. Así lo considero, por lo menos después de haber estado en Monterrey Nuevo Léon, a donde fui invitada para conocer la obra de un artista chihuahuense avecindado en aquella ciudad, me refiero al fotógrafo Javier Orozco. Efectivamente, este artista plástico posee un trabajo interesantísimo que trasciende mucho más allá de la captura simple de las imágenes a través del lente de la cámara, para alcanzar un nivel que lo acerca más a la pintura por el manejo de la composición y temática conceptual. Les adelanto, amigos lectores, que es muy probable que el año venidero estemos viendo una exposición de su obra en Casa Redonda. No se la pierdan.

Monumentos y Museos

La ciudad de Monterrey, reconocida desde antaño por su dinamismo industrial, hoy en día muestra una faceta mucho más amable gracias a que en las últimas décadas ha vivido un deliberado acercamiento al arte. El centro de la ciudad, con su famosa macroplaza, está coronado por grandes esculturas, algunas de artistas contemporáneos de gran renombre como Botero, Soriano, Barragán y Toledo; desde luego hay, también, obra de Sebastián. La ciudad cuenta con magníficos museos –que visite todos--, un enorme Teatro de la Ciudad, un hermoso Palacio de Gobierno y el curioso edifico Art Deco que aloja actualmente las oficinas del Consejo de las Artes de Nuevo León. Lo más notable es el recién inaugurado Paseo Santa Lucía, importantísima obra de ingeniería urbana que consiste en un canal navegable que atraviesa la ciudad desde la macroplaza hasta los jardines del Parque Fundidora. En verdad, un bello y atractivo paseo para el turista.

Música en CD

Aparte del grato recuerdo de lo anterior, me traje de este viaje dos producciones discográficas que andaba buscando desde hace tiempo: Uno con los éxitos de Dionne Warwick (quienes leen esta columna recordarán que andaba yo preguntando por ella) en versión CD, lo que me hace feliz aún cuando yo imaginaba poder hallarlos en versión long play de 33, pero no se puede todo en la vida; la otra es el Álbum del Concierto para Bangladesh de George Harrison y compañía que contiene dos CDs y que incluye un performance de Bob Dylan. Pues bien, los oigo y me digo que valió la pena la compra, el viaje y todo.

Las cortesanas

De otro viaje, pero a la librería El Sótano de la ciudad de México, me traje hace unos días un curioso libro titulado “Las cortesanas” de Susana Griffin. Originalmente escrito en inglés, la traducción al español es un poco abigarrada, pero fuera de que algunas figuras retóricas son arcaicas su lectura atrapa al lector con bastante facilidad. Sobre todo para quienes estamos fastidiadas de leer relatos de sufrimiento femenino. En este libro la autora esboza las biografías de algunas de aquellas mujeres que hicieron historia por haber logrado burlar al patriarcado, el machismo y a la doble moral que pretendía oprimirlas ferozmente durante los siglos XVIII al XX, conocidas como cortesanas por ejercer elegantemente el oficio más antiguo de la humanidad. En realidad ellas fueron mujeres que supieron tener amantes, poder y riquezas gracias a sus dotes, que no siempre dependían de la belleza, sino más bien de su sabiduría, ya que eran extraordinariamente educadas, cultas, inteligentes y astutas. ¡Hurra!

Dios los hace



En la planta baja de la Torre Legislativa de Gobierno del Estado se encuentra montada una muestra fotográfica por demás interesante, se trata de la exposición Imágenes Periodísticas de Andrés Páez, Luis Chávez y Alberto Hierro, tres talentos jóvenes de la ciudad.

Dios los hace…y ellos se juntan, dice un refrán tan popular y explícito que probablemente no sea necesario explicar. Refiere a esa cualidad de las personas para encontrar sus pares en la vida, que no es cosa del azar ni de la casualidad sino de la disposición de dedicarse a hacer lo que se gusta, así como compartir con quienes tienen los mismos intereses.

En este caso, cada quien por su lado, como tres corrientes de agua cada una con su cauce y fuerza definidos, estos tres fotoperiodistas han llegado a convergir en esta exposición, centro neurálgico de su presente y por qué no, punto de partida de un prometedor futuro.

Compañeros de andanzas, sabores y sinsabores del periodismo gráfico de espectáculos y cultura, provenientes de distintos medios, Andrés, Luis y Alberto suelen encontrarse en el constante cruce de caminos que les impone el cumplimiento de las órdenes de información. Ahí están ellos todo el tiempo, firmes con la cámara frente a los escenarios del Teatro del Pueblo, palenques, salones de baile, centros nocturnos, galerías, foros culturales y todos los escenarios teatrales de la ciudad, explorando una actividad abundante en gratificaciones pero que a la vez impone ajetreadas rutas de trabajo diarias, desveladas y hasta malos tratos de parte de guardias de seguridad y promotores artísticos.

¿Aprendices?

Asimismo, Andrés, Luis y Alberto coinciden en este tiempo como aprendices de un género muy especializado y poco valorado en el gremio chihuahuense: la fotografía de espectáculos, que también tiene sus bemoles. Y todo para poder informar verazmente, sagrado deber de cualquier periodista; pero no solo eso, sino particularmente en el caso de estos fotoperiodistas, captar el momento, el instante cumbre de los actos humanos llamados artísticos. Bastante complicado siendo tan subjetivo en ocasiones este quehacer.

Esta exposición colectiva, primera en la que ellos participan, es un reflejo de su convicción por el fotoperiodismo pero también por la fotografía como hacer artístico. Las complicaciones mismas del género implican ir en pos del mejor momento, del enfoque adecuado, de la presteza para captar el gesto, el color, la textura, el conjunto de sutilezas que en suma conforman en cada uno un estilo propio, un lenguaje determinado por la personalidad. A pesar de sus diferencias estilísticas, son efectivamente un grupo, el grupo de los nuevos reporteros gráficos de la ciudad de Chihuahua, que vienen como todos los jóvenes, empujando con la mirada puesta hacia el futuro.

Borges que no Borjes

“… No necesito hablar, ni mentir privilegios; bien me conocen quienes aquí me rodean, bien saben mis congojas y mi flaqueza. Eso es alcanzar lo más alto, lo que tal vez nos dará el Cielo: No admiraciones ni victorias sino sencillamente ser admitidos como parte de una Realidad innegable. Como las piedras y los árboles”. (Fragmento de “Llaneza” de Jorge Luis Borges. )

El último adios a Víctor Hugo


Las mujeres mujeres, es decir las que tenemos fuertemente introyectado el género, solemos llevar la cuenta de nuestras vidas a partir del nacimiento de la prole y generalmente iniciamos las crónicas familiares con un “cuando estaba embarazada de Panchito o Juanita…”. Al fin de cuentas es la maternidad la que determina el género. En fin, esto me viene a la mente al recordar mi acercamiento con Víctor Hugo Rascón.

En 1982, el dramaturgo, si bien ya era profeta lejos de su tierra, había recibido un duro golpe en esta su natal Chihuahua cuando el gobernador Ornelas le había prohibido representar en la plaza la obra “El baile de los Montañeses” por considerarla subversiva. No cuento nada nuevo, Víctor Hugo recordaría por siempre esta fatal anécdota. En el 83, el grupo de estudiantes de Letras que publicábamos en el suplemento Tragaluz del diario Novedades en tiempos de Fuentes Mares, leíamos con gran admiración la obra de nuestro paisano en unos folletos mimeografiados que difundía la UNAM. Nos pasábamos los textos de mano en mano y luego comentábamos las obras en largas tertulias donde abundaba el cigarrillo y el café. Nos deslumbró la profundidad poética de Voces en el Umbral, la sensibilidad social de Los ilegales, el valor con que se abordaba el tema de la sierra chihuahuense en El baile de los Montañeses.

La otredad

Embarazada de Aníbal, ésta que escribe reflexionaba continuamente sobre la maternidad como un estado de confrontación con la otredad. La madre lleva en su cuerpo durante nueve meses no solamente al hijo fruto de sus entrañas, sino al que como su otro le habrá de otorgar la calidad de mujer madre, coludiéndose ambos en una dicotomía infinita, plagada de correspondencias o codependencias. Por tal motivo me impresionó vivamente su obra “La razón de Elvira” donde alude aquel trágico suceso de la vida real donde Luz Elvira Cruz envenena con raticida a sus pequeños hijos y enseguida intenta suicidarse, colgándose de una viga de su destartalada choza de cartón en una colonia miserable del DF. ¿Qué vivencias tan horrendas le llevaron a esa determinación?¿Qué desprecios, opresiones, hostigamientos había sufrido esta nueva Medea? Publiqué un breve ensayo crítico que luego supe fue recortado del periódico y enviado al dramaturgo por una de sus hermanas.

Meses más tarde, con el pequeño de 30 días de nacido en brazos acudí a la ceremonia donde se entregaba el Premio Tomás Valles a Víctor Hugo, ahí hablamos, él quería conocer a la que había escrito favorablemente de su obra. --¡Hasta que hubo alguien en mi tierra que habló bien de mi!-- Me dijo.

El último adiós

El sábado le dimos el último adiós en una ceremonia oficial en un teatro que resultó insuficiente. Todo el mundo quería estar ahí. Unos lloraban, otros simplemente se dejaban ver. Por parte de algunos nos queda la satisfacción moral de haber amado a Víctor Hugo mucho antes de los reconocimientos, los homenajes, los nombramientos honorarios y la fama; mucho antes de que los de la clase política pelearan un espacio junto a él para salir en la foto.

Julio: mes convulso


La información llegó por el moderno Internet. Las páginas digitales de México comenzaron a difundir la penosa noticia el miércoles 30 de julio por la tarde: “El poeta, cuentista, dramaturgo, director de escena, actor y guionista mexicano Alejandro Aura murió este miércoles, a los 64 años de edad, en Madrid, ciudad donde residía desde hace 8 años. Sus cenizas fueron trasladadas a México por petición del escritor. La muerte de Alejandro Aura me conmociona igual que a muchos afectos a la literatura mexicana contemporánea; después de todo Aura comparte créditos junto con otros autores como Jaime Labastida, Juan Bañuelos, José Carlos Becerra, Eraclio Zepeda, Eduardo Lizalde, Elsa Cross, Jaime Augusto Shelley, entre varios más que conformaron la generación de poetas que en los años sesentas del siglo pasado lograron el cambio definitivo de la poesía mexicana. Quienes por aquellos años se consolidaron como el grupo de “Poetas jóvenes de México” (los nacidos después de los cuarentas) para escribir una poesía innovadora en las formas y comprometida en las ideas.

Cinco veces la flor

Debo decir que conocí la obra de Alejandro Aura a la corta edad de catorce años y desde esa época memoricé varios de los textos del libro “Cinco veces la flor” que se constituyó para esta generación como uno de los modelos a seguir. Con el tiempo Aura incursionó en diversos géneros, destacándose en el teatro, el cine y , sobre todo, la televisión, donde produjo ingeniosos programas televisivos que en su momento lograron combinar exitosamente el comentario intelectual con el entretenimiento. Vaya, digamos que fue precursor en el importantes y novedosos actos de promoción artística, como utilizar la plaza del Zocalo para lectura de poemas y conciertos.

Entre sus libros de poesía destacan: Cinco veces la flor, Varios desnudos y dos docenas de naturalezas muertas, Volver a casa, Alianza para vivir, Tambor interno, Hemisferio sur, La patria vieja, Cinco veces y Poeta en la mañana.

Ya en España y convaleciendo su enfermedad, manifestó su incontenible creatividad través de un blog personal en el que desplegó reflexiones y sensaciones del "otoño" de su vida.

Antes de morir escribió : “ Así pues, hay que, en algún momento, cerrar la cuenta, pedir los abrigos y marcharnos. Aquí se quedarán las cosas que trajimos al siglo, y en las que cada uno pusimos nuestra identidad; se quedarán los demás, que cada vez son otros y entre los cuales habrá de construirse lo que sigue, también el hueco de nuestra imaginación se queda para que entre todos se encarguen de llenarlo, y nos vamos a la nada, limpiamente como las plantas, como los pájaros, como todo lo que está vivo un tiempo y luego, sin rencor, deja de estarlo.

Epílogo:

Julio es un mes covulso, según afirman los estudios de lo esotérico y seguramente tendrán razón porque apenas termino de escribir esta nota cuando corre la noticia de la muerte de nuestro querido Víctor Hugo Rascón Banda, quien recibió este sábado un homenaje de cuerpo presente en el Teatro de Cámara Fernando Saavedra a partir de las 10:30 de la mañana, con la presencia del Gobernador del Estado. Murió también el escritor chihuahuense Rubén Alvarado y mi amadísimo tío adoptivo, el Profr. Máximo Ortega. Algún día estaremos con ellos.

Uno vuelve siempre a donde amó la vida



Regreso a Calicanto después de una larga ausencia --este breve espacio en que no estás- únicamente para recordar que una vez amé y después de amar amé con un sentimiento jamás repetido, y que debajo de sus toronjiles y limoneros escribí algunas de las más bellas líneas de mi vida. Sólo por eso regreso, aún y a pesar de que también ahí sufrí la más amarga de las decepciones, pero el amor es así… Lo cual me hace recordar la Canción de las Simples Cosas: “Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas. Lo mismo que un árbol en tiempo de otoño se queda sin hojas. Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas. Esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón. Uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amo la vida. Y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas. Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso. Que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.

Thérese

Thérese es el seudónimo con el que el personaje de la famosa novela del Marqués de Sade, Justine, sufre sus desventuras. De suplicio en tortura, de tortura en suplicio, Thérese va por los caminos de la decadente sociedad francesa que antecede a la toma de la Bastilla. A cada nuevo lugar que llega, con gran ingenuidad relata sus desdichas sólo para caer una vez más en situaciones por demás escabrosas, en las que sufre increíbles vejaciones sin fin. No obstante la degradación sexual y moral a la que es continuamente sometida, Thérese ( que lleva el mismo nombre de la Santa de Avila) se mantiene incólume, igual que como dijera el poeta mexicano: cual ave que cruza el pantano sin manchar sus alas. Justine- Thérese se mantiene viva sintiéndose a sí misma exenta de las salvajadas a que es expuesta, puesto que ella no las buscó ni las disfruta. ¿Una concesión del escritor para contrarrestar la censura moralizante? Más bien, una circunstancia que agudiza el morbo de sus lectores. Por algo Freud basaría la tipificación del complejo sicológico conocido como Sadismo en la obra del Marqués: el sádico disfruta haciendo sufrir al otro y mejor mientras éste le oponga resistencia. Thérese no se deja vencer, por eso resulta atractiva a la mirada de los sádicos. Podrán tener su cuerpo más no su alma. Considerando que las novelas de Sade circulaban como pan caliente exactamente en los tiempos posteriores a la Bastilla, no puede uno más que imaginarse a aquella masa sedienta de muerte que acude en tropel a las ejecuciones para ver caer las ensangrentadas cabezas monárquicas. Misma turba que seguramente cargaba los pliegos amarillentos de los escritos de Sade en sus bolsillos.

Thérese, Thérese

Trescientos años después, Milán Kundera en la Insoportable Levedad del Ser recrea el personaje. La Teresa de Kundera se compromete y desea amar sin dejar de ser ella misma, pero sufre la pesadez de la conciencia, es débil. Su contraparte, Tomás, asume la vida con liviandad, sin reflexionar ni comprometerse con nada hasta que conoce a Teresa. El peso y la levedad, el cuerpo y el alma, dicotomías que en franca oposición dialéctica hacen girar la historia. ¿En dónde radica la similitud de las dos Teresas? La respuesta se lo dejo a usted, amable lector.

Francisco Villa, la Revolución no ha muerto



El 20 de julio pasado se conmemoró un aniversario luctuoso más de la muerte del caudillo de la División del Norte, Francisco Villa, en el contexto de una celebración que se ha convertido en festividad comunitaria allá en Parral, donde se encuentra la tumba abandonada del general y en cuyas calles, hace 85 años, se aplicó la cruel emboscada que acabó con la vida de aquel notabilísimo personaje. Sin duda el más controvertido de los líderes militares del movimiento armado de 1910, Villa sigue causando conmoción. Nuestro amigo Francesco Taboada Tabone, uno de los más jóvenes, talentosos y comprometidos cineastas mexicanos, recién acaba de obtener en Marruecos un galardón más de los muchos que ha ganado en su carrera, nada menos que con su largometraje documental “Francisco Villa, la Revolución no ha terminado”. Como suele suceder en nuestro país, las producciones como ésta poco se conocen debido a que no se exhiben en salas comerciales, sino más bien en salas especializadas y muestras y circuitos de cine documental. “Francisco Villa, la Revolución no ha terminado”, fue grabada por Francesco en localidades de de Chihuahua, Durango, Nuevo León, México y San Francisco California, donde recabó testimonios de los descendientes del general y veteranos de la División del Norte. Se trata de un documento cinematográfico de amplio espectro histórico y hondo contenido emocional. El subtítulo que lleva, La Revolución no ha terminado, nos debe hacer pensar en el transcurrir de los 100 años que en breve se habrán de alcanzar luego del alzamiento de 1910. Fueron muchas las expectativas, fueron muchas las muertes que ocasionó este movimiento armado, muchos los logros pero también muy grandes las decepciones sufridas.

Nahui Ollin

En fin, a casi 100 años de la Revolución de 1910, tengo en mis manos un obsequio recibido de manos de mi amigo Francesco que es absolutamente sorprendente, un cartel que lleva el título Nahui Ollín Quinta Luna ( a decir de otro gran amigo, Enrique Servín, Nahuí es un término mágico que indica las cuatro direcciones cardinales, y Ollín significa movimiento, en todo caso una traducción sería “Movimiento Universal”), en donde aparecen las fotografías de Emiliano Zapata y Pancho Villa en grandes dimensiones, más otras figuras en menor tamaño como los antiguos tlatoanis Moctezuma, Cutlahuatzin y Cuauhtémoc, los líderes campesinos Rubén Jaramillo, Inocencio Pérez y Eudoxio Ixpango, para finalizar con los chamanes nahuas Andrés Segura, Felipe Alvarado y Mariano Leyva. ¡Vaya!¡Hasta donde anda la imagen de Villa, cargada de místicas y misteriosas significaciones populares! En todo caso, queda claro que Zapata y Villa, como entidades que evocan anhelos justicieros entre los oprimidos, no han quedado en el olvido y están más vivos que nunca. Luego de su rendición, ambos fueron reprimidos de diferentes modos por el poder, ambos fueron perseguidos, espiados, sometidos a toda clase de condicionamientos y, finalmente, asesinados bajo traición. Sin embargo, no murieron sino que pasaron a ocupar sitios preferenciales en el corazón de sus pueblos.

¡Eramos tan felices!

Mi hermano Daniel y yo vivimos los años felices de la primera infancia en la casa de la calle 16ª. En el jardín del patio central, nuestro lugar preferido para el juego, florecían las azucenas en primavera y los geranios todo el año. Una higuera, un durazno y un granado sucesivamente nos brindaban con alegría sus frutos durante la temporada de cosecha. Desde su frente, cobijados bajo la sombra de las moreras de la banqueta exterior podíamos ver los blancos muros y la torre del templo de Santa Rita en donde la tía Valentina cantaba las misas de los domingos. ¡Con cuánta dicha asistíamos a la tradicional Feria de Santa Rita que por esos tiempos se desarrollaba sobre la calle 1º de Mayo la cual servía de explanada para las demostraciones dancísticas de los matachines, así como para instalar lo mismo la Rueda de la Fortuna que las Sillitas Voladoras, las mesas de la lotería mexicana y los comedores improvisados que las feligresas atendían con gran diligencia. ¡Umm! Aún recuerdo aquellas deliciosas enchiladas rojas con queso ranchero y guarnición de zanahorias y betabeles fritos, los taquitos dorados de papa y el menudo rojo y blanco.

Hacia el lado contrario, media cuadra antes de la 20 de noviembre, estaba la casa de doña Julia, viuda de Pascual Orozco padre, en ese entonces una mujer ya mayor, de cabeza blanca y vestidos cuyas faldas le llegaban hasta los tobillos que mi padre trataba con gran respeto por su edad y sabiduría, además de ser la matriarca de la estirpe de los revolucionarios de San Andrés. Con ella vivía su jovencísima nieta Esther Orozco.

La ubicación de la casa de la 16ª era magnífica, a sólo unos pasos se encontraban el Cine Azteca, el Templo del Sagrado Corazón, la Escuela Modelo, la Farmacia Pacífico, el legendario ya desaparecido Oasis en donde se hacía el mejor Root Bear de Chihuahua, la Panadería Santa Rita, la Clínica del Parque y el primer Super Futurama concebido como tal.

Desafortunadamente un día nos marchamos sin remedio. La familia se mudó a otra vivienda ubicada en la Colonia Santa Rosa cuyas calles eran más anchas pero con menos vegetación. Unas semanas después de la mudanza, mi pequeño hermano con sólo cuatro años de edad pronunció claramente la frase que lo habría de distinguir de por vida en la familia: ¿Por qué nos fuimos de la casa vieja si allá éramos tan felices? Reflejo de su auténtico e indiscutible sentimiento de duelo por el paraíso perdido.

Recuerdo esto mientras veo, a través de los ventanales del restaurante donde me encuentro en este momento, la aparatosa movilización de fuerzas militares y policíacas que se apostan en la esquina de enfrente: dos tanquetas con soldados, otros tres vehículos blindados, policías encapuchados y equipados con armamento de alto poder que se mueven nerviosamente por la calle, despliegue operativo que a los ojos de los ahí presentes es signo inequívoco de algún hecho violento previo o quizá posterior. Todos en el lugar se muestran alertados, alguien dice en voz alta ¡Cuánta intimidación!; otra voz dice: ¡Que nadie salga de aquí hasta que se vayan! La adrenalina comienza a sentirse en el ambiente y hay quien preconiza que debemos estar listos para tirarnos pecho tierra. En la cabeza me resuenan las palabras de mi hermano: “Éramos tan felices”.

Corazón y Acer0


El mes de junio pasado se llevó a cabo la Primera Jornada Cultural del Normalismo Rural convocada por la Asociación de Exalumnos de la Escuela Normal Rural de Salaices “Corazón y Acero”, cuyo propósito fue reconocer y mostrar el trabajo que en distintas ramas del arte y la ciencia realizan profesores, activos y jubilados, egresados de las normales rurales de México. Efectivamente, durante los dos días que duró el evento pudimos constatar el talento para las letras, las artes plásticas, la música y la investigación que poseen los antiguos alumnos de aquellas instituciones educativas que durante varias décadas proveyeron de docentes rurales a nuestro país, definiendo con ello una decisiva etapa histórica de México. La Normales Rurales cumplieron un papel fundamental para el crecimiento del México posrevolucionario forjando profesores que llevaron el conocimiento hasta los rincones más apartados, cuyo compromiso, conciencia social y combatividad fincaron los cimientos sobre los que se construyó el sindicalismo magisterial. Su trascendencia no fue poca, hablar de ello podría llenar varias páginas, sin embargo las políticas educativas de los regímenes neoliberales propiciaron su desaparición y hoy en día se encuentra en riesgo, incluso, la institución de la Escuela Normal en general al ponerse en tela juicio la formación de docentes especializados en materia educativa. La acción cometida por los organizadores de este evento conmueve no sólo las fibras de la nostalgia sino mucho más las de la conciencia, porque atrás se va perdiendo la posibilidad de un México libre, autónomo e independiente. Uno de los elementos de la idiosincrasia del mexicano que más contribuyó en su momento a la constitución del sentimiento nacional fue, sin duda, el ideal educativo como signo de progreso y democracia, pero hasta eso nos quieren quitar quienes no se conforman con el petróleo y las semillas. No obstante todos los males, eventos como esta jornada cultural nos muestran que en el fondo del arca de Pandora aún queda revoloteando la Esperanza, que para eso hay mucho corazón y acero