Flor María Vargas. La rueda de Perq regresa.
Sunday, November 13, 2022
DIOCITO ¿QUE HEMOS HECHO PARA MERECER ESTO?
Wednesday, October 26, 2022
LA RESISTENCIA DE LA MAESTRA MALDONADO
Friday, October 21, 2022
FÍJATE BIEN A QUIÉN LE DAS “LIKE”
Por Flor María Vargas
Allá en mis tiempos de revuelta
estudiantil no había mayor pecado que cargar “propaganda sediciosa” en la
mochila. A más de uno se lo llevaron a la Comandancia de policía y le dieron su
calentada por encontrarle en el bolsillo de la camisa algún volante con consignas
como “Por una Universidad para el Pueblo”, “Los obreros al poder”, “Muera el
mal gobierno” , “Por una educación democrática y popular” y otros por el
estilo. Ah y si llegaba la chota a tu casa, entraban amagando a tu abuelita y
te hallaban un paquete de libros debajo de la cama de autores como Marx o Lenin,
ibas directito a las mazmorras de la Zona Militar acusado del delito de Sedición
o de Organización delictuosa y hasta podías no volver a aparecer con vida.
Hoy en cambio, la sedición se
mide en likes de Facebook y otras redes. Con una sonrisa casi irónica dibujada
en el rostro, recuerdo la confesión que me hizo cierto amigo hace poquitos
años, director de una dependencia de gobierno, de que continuamente le hablaban
de “Gobernación” del estado para darle el parte de los likes inconvenientes de
sus subalternos y el peor de todos -me dijo- es el maestro E.S. que se la vive
dándole likes al tal AMLO y ya no se qué hacer porque no acata la indicación de
redireccionar sus likes a las acciones del gobernador. Con todo, debo reconocer
que este amigo se mantuvo firme y nunca aceptó las presiones para despedir al
maestro E.S., por el contrario, lo sostuvo.
Pues si, estimados lectores,
aunque no lo crean, hoy en día te indican desde las oficinas de las autoridades
en turno, a quién le debes dar like y a quién no. Peor aún te espían para saber a quiénes les das like, cuántos likes les das y quiénes te dan like a ti. ¿Absurdo,
no? ¿Qué los espías no tendrán otra cosa qué hacer que sea más productiva? Por
lo pronto, si no quieres resultar ejecutado real o virtualmente algún día,
fíjate a quiénes les das “like” en Facebook, “Corazon” en Instagram o retwit en
Twitter, no vaya a ser…
Wednesday, September 28, 2022
ME CORRES A LA GÜERITA: CLAROSCUROS DEL PODER
Por aquellos años comenzaba a hablarse con insistencia de la
Perspectiva de Género, cuando menos en el INEA se decidió aplicar este enfoque para
el diseño del Modelo de Educación para la Vida y el Trabajo, junto con otros
enfoques derechohumanistas. Mi entonces jefe, el Lic. “N”, quien buscaba
mantener un diálogo productivo con las ONGs de mujeres y que realmente estaba
convencido de la pertinencia de ese planteamiento teórico para construir
políticas públicas equitativas, organizó una conferencia en la ciudad más
importante de nuestra entidad estatal, a
la que invitó a mujeres representativas de aquella región. Estuvieron ahí destacadas
académicas de colegios y universidades, investigadoras, defensoras de los derechos
de la mujer y promotoras de organizaciones sociales, el tema: TEORÍA DE GÉNERO
EN LA EDUCACIÓN.
La expositora era la Coordinadora de los Proyectos
Especiales de la Dirección Académica del INEA nacional, quien gentilmente
aceptó viajar hasta acá para apoyar la iniciativa. La asistencia era numerosa, fácilmente
había unas 80 personas, tomando en cuenta que no era invitación abierta al
público.
Entre las asistentes estaba una señora reconocida por su
labor social. Ella estaba casada con uno de los magnates más poderosos de la
entidad y tuvo a bien invertir parte de las abundantes ganancias de las empresas del marido en
proyectos de beneficio social muy novedosas y exitosas en su tiempo. La dama
era todo un fenómeno local, sumamente empoderada, tanto por el poder que otorga
el dinero de su familia como por el reconocimiento y empatía que se había
ganado a través de su quehacer social (fundamentalmente por el dinero, digo yo
suspicazmente) . Los poderes de la ciudad estaban rendidos a sus pies porque,
de algún modo, ella y sus obras salvaban la mala imagen que le procuraban los
feminicidios y las drogas, aunque, de hecho, a la larga poco pudieron hacer
para marcar la diferencia, los crímenes contra mujeres se incrementaron y para
qué entrar en detalles respecto a la violencia del narcotráfico que se desató
unos cuantos años después.
La señora interrumpía continuamente durante la exposición,
parecía que no le cuadraba el tema de Género y ante cualquier reflexión, exponía
detalles de su experiencia. Sucedió, como sucede con frecuencia en estas
dinámicas grupales, que acaparó el micrófono, por lo que en determinado momento
la expositora dejó de darle la palabra, lo cual le provocó un gran enojo. Al
finalizar la conferencia, se fue directo hasta el Lic. “N” y le dijo en voz lo
bastante alta para que otros pudiésemos escuchar:
-Oye “N”, esa güerita no me gusta, a ver si la corres de
inmediato-
-Pero, señora, no puedo hacer eso- contestó el asombrado “N”.
-¿Por qué no, si tú eres el jefe?
- Porque no es mi subalterna, ella tiene una jerarquía de Dirección
en México.
-Entonces no la vuelvas a traer
Así, sin más, la señora mostró su lado oscuro. Típica
reacción de alguien acostumbrada a detentar poder. No resistió que se le
arrebatara el privilegio de ser la protagonista y centro de todas las miradas.
Lo peor de todo es que siempre hay arrastrados y lambiscones dispuestos a
cumplir con los caprichos del poderoso o poderosa del momento.
ARMAS BLANCAS: EL ABRECARTAS
Por Flor María Vargas Frescas
Hace como un año traigo en mente este texto, al fin hoy salió de su resguardo
ante los últimos acontecimientos.
Es sabido en el mundo policiaco que los crímenes llamados
"pasionales" con frecuencia involucran armas blancas, cuchillos
cebolleros, tijeras, navajas, dagas... El dramaturgo chihuahuense Víctor Hugo
Rascón Banda escribió tres piezas teatrales que abordan, desde distintos
ángulos, tragedias relacionadas con armas blancas: La navaja, La daga y El
abrecartas. La historia acerca de la creación de estas obras, según me relató
el mismo Víctor Hugo, se remonta a que él era abogado y en el ejercicio de su
profesión conoció distintos hechos criminales que le sirvieron de inspiración.
Aristóteles define a la Tragedia, en tanto representación teatral, como una
imitación esforzada de la realidad. Si bien, una obra de arte escénico tiene la
intención de representar una realidad, suele trascenderla hasta llevarnos a la
catarsis y expurgación de emociones. Así sucede con el teatro de Víctor Hugo R.
En algún momento de mi vida laboral, el Lic. Xavier Chaires, de quien he
guardado siempre una muy grata memoria, como el mejor jefe que llegué a tener,
me dio el encargo de coordinar en el estado el Programa de Teatro Popular
Educativo de la Delegación del INEA en Chihuahua. Más o menos me dijo algo así
como "ya se que te gusta la actividad teatral, creo que te va a interesar
dirigir este programa" y así fue. Luego de pensarlo un poco decidí
acercarme a la Asociación de Teatristas Unidos de Chihuahua, ATUCH, en donde
conocí a mi excelso amigo el director teatral Nacho Medrano, quien se incorporó
al proyecto de inmediato. Además de promover la creación de grupos teatrales en
diferentes espacios educativos para adultos, se nos ocurrió convocar a los
compañeros de las oficinas a formar nuestra propia compañía, lo cual a la
postre sería una experiencia fabulosa. Secretarias, analistas, intendentes,
jefes de oficina, técnicos docentes, nos reuníamos sin falta dos veces por
semana para ir aprendiendo las artes escénicas. Montamos diversas piezas
teatrales, desde las de Carballido y Urtusuastegui, pasando por pastorelas
tradicionales, hasta algunas escritas por nosotros mismos que, por cierto,
quedaron publicadas en una antología nacional; viajamos dentro y fuera del
estado con las puestas en escena.
Así llegamos a montar El abrecartas de Víctor Hugo Rascón, cuya trama ocurre en
un ambiente de oficina de gobierno. Durante las primeras lecturas nos
repartimos los papeles, yo quería ser la secretaria exótica pero Nacho insistió
en darme el papel de la "Licenciada", la nueva jefa de la oficina, no
me gustaba nada el papel pero debí asumirlo.
De acuerdo a los cánones clásicos de la tragedia, el protagonista generalmente
es castigado con la muerte como consecuencia de su exagerada soberbia, por
creerse más, por violentar un orden y en "El abrecartas" no se hace
ninguna excepción a esta regla. La Licenciada, nueva jefa, llega imponiendo su
estrenada autoridad, sus títulos en universidades rimbombantes, burlándose de
los gordos, los viejos, los feos, los poca cosa, a los que desprecia
inclemente, hasta que un día amanece muerta, asesinada con un abrecartas.
Lo que aprendí de la obra y del pensamiento de su autor es que estas escenas se
presentan en la burocracia de manera recurrente, sobre todo en cada cambio de
administración política, con aderezos especiales según se trate de qué color
ideológico llega al poder. Las nuevas o nuevos se aparecen, miran a los otros
por encima del hombro, los denostan, ignoran su valía, critican si van al baño,
si platican en los pasillos, si comen o no, los obligan a seguir sus erráticas
pautas sin sentido puesto que son ellos, los nuevos jefes, los que son
ignorantes. El mismo Víctor Hugo, con quien mantuve amistad hasta su partida de
este plano, me lo explicó: Se trata de exponer cómo ocurre el arribo de las
nuevas generaciones de funcionarios sin experiencia, soberbios, clasistas e
intolerantes que terminan siendo aniquilados por su propia incapacidad para ser
empáticos. En estos días, el arma blanca por lo regular se encuentra en las
redes sociales, donde los agraviados no dudan en explayarse bajo el cobijo del
anonimato para restregarles sus desatinos en la cara a los agraviantes. Un meme
no corta ni saca sangre pero como duele.
En fin, tengo también muy gratos recuerdos y divertidas anécdotas de las giras
y presentaciones de El abrecartas. Ésta que escribe salió del ICHEA hace años,
la compañía teatral permaneció hasta mucho tiempo después, representando cada
diciembre una diverida pastorela cómica en la que los compañeros podían reírse
de sus jefes a sus anchas sin que nadie dijera nada. ¡Todos tan felices! Eso se
llama respeto, tolerancia, empatía y es mucho más sano para la convivencia.
Sunday, May 22, 2022
Por Flor María Vargas
Totem .-
Objeto de la naturaleza, generalmente un animal,
que en la mitología de algunas sociedades
se toma como emblema protector de la tribu o del individuo,
y a veces como ascendiente o progenitor
.( RAE)
Parte 1
En mayo del año 2006 me encuentro en la cúspide de la
Sierra Mixe en Oaxaca, justo en la plaza central de Mixistlán de la Reforma. El
paisaje es inusitado para mí que provengo de áridas tierras norteñas, hacia bajo
se extiende un manto de techumbres entreverados entre el verdor de las
arboledas, hacia arriba la cumbre está ocultaba tras el sólido macizo de nubes
grises que amenaza lluvia. Sentada en una banca está una joven mujer ataviada
con el vestido típico de fiesta, la frente bordeada por el tocado tradicional
mientras en sus brazos acuna a su bebé de semanas de nacido. Parece una hermosa
“Madonna” plasmada por el pincel de algún artista. Me acerqué a conversar con
ella y hacerle cariños al bebé que sonreía sin temor al escuchar mi voz.
-¡Qué lindo y sano está tu bebé! ¿Con qué nombre lo bautizaste?
–
-Bryan Giovanni- me contestó con gran orgullo -
No pude menos que sonreír ante la ironía inconsciente
de los padres mixes al dotar de dos nombres exóticos a su hijo. Aunque en el
fondo si hay una intención, tal vez no muy explícita pero que ahí está, la de apoyarle
a trascender su origen indígena para pasar desapercibido en un contexto social
que discrimina sistemáticamente todo lo indígena.
Bryan Giovanni debe tener ahora 16 años, con suerte
se encontrará estudiando la preparatoria, quizás esté integrado a una banda tradicional
de música oaxaqueña, es probable que realice labores agrícolas junto a sus
padres, que tenga una linda novia y esté pensando en inscribirse en alguna universidad.
Si no tuvo esa suerte, quizás no terminó la primaria porque debió ponerse a
trabajar desde edad temprana para apoyar a su familia, o quizás fue captado por
algún coyote y traído a trabajar en los campos agrícolas del norte, desgajado
de su Sierra Mixe, trasladado en camiones de redilas como ganado, aventado en cualquier
campo, sometido a exigentes jornadas de sol a sol y deliberadamente inducido al
uso de sustancias que le ayuden a “rendir” la jornada. En el peor de los casos podría haber sido ya
incorporado al sicariato. Tal vez de nada le haya servido llamarse Bryan
Giovanni.
Parte 2
Darle nombre al hijo recién nacido regularmente es motivo
de grandes polémicas entre los miembros de las familias de hoy; el uso del santoral,
como se hacía hasta hace un par de generaciones, ya no satisface a nadie.
Ignoro si exista alguna antropología del nombre y si algún
investigador se haya puesto a estudiarlo, pero es evidente que a lo largo de la
Historia cada grupo humano ha establecido ritos, a veces explícitos, a veces
íntimos, para otorgarle nombres distintivos a los nuevos miembros de la familia
y de la comunidad. Hoy en día incluso está regulado por las leyes civiles como
parte del Derecho a la Identidad.
Entre los pueblos nativos de América se acostumbraba imponer
un nombre relacionado con el tótem protector que tendría el individuo (animal,
planta, río, cerro o deidad, según) a lo que se agregaba como referencia el de
los padres y de la tribu. Los evangelizadores resolvieron sustituir tal costumbre
con la del santo del día según el santoral católico como nuevo tótem y el
apellido del encomendero.
Hay otros ritos, como el de imponer el nombre del
padre al primogénito, o adjudicarle el de los miembros muertos de la familia a
los que van naciendo para relevarles. Cada uno de estos ritos se actualiza,
desde luego, de acuerdo a las dinámicas de las familias y el libre albedrío de
los individuos.
No obstante, seguimos utilizando el criterio del tótem
para darle nombre a los hijos, solo que la característica del tótem ha variado.
Recuerdo que en la película “Novecento” de Bertolucci, el patriarca de la
servidumbre decide bautizar al nieto bastardo del patrón, en un gesto de
extrema solidaridad que contrasta con el rechazo del poderoso, con el nombre de
“Olmo”, otorgándole al recién nacido las atribuciones de robustez y fortaleza que
caracterizan al gran árbol. Ciertamente Olmo se convertirá en el líder de la
comunidad en su vida adulta.
Hay quien elige nombres de héroes en la Literatura o
de la Historia. Los relatos bíblicos y las grandes gestas revolucionarias
aportaron importante materia prima para elegir nombres al momento que los
padres deseaban distinguir a sus hijos con un espíritu de grandiosidad. Abundan
los David, Moisés, Noé, Sara, Raquel o Betsabé. Napoleón fue muy socorrido y, aunque parezca
insólito, en Italia un señor Mussolini, de convicciones anarquistas, decidió
nombrar Benito a su hijo en honor al presidente mexicano de origen zapoteca
Benito Juárez; decisión bastante fallida porque el tirado fascista Benito Mussolini
poco honor le hizo al nombre que portaba.
Cada generación define sus paradigmas hasta para eso
y los nombres de los hijos son elegidos de acuerdo a los personajes
protagónicos del momento, como en un afán de garantizarles la protección del
tótem correspondiente y otorgarles personalidad o poder. Solo que muchas veces los
hijos resultan ser un fiasco, la responsabilidad les queda grande, simplemente
no son merecedores del nombre.
La era soviética dejó en el mundo miles de Lenin,
Vladimir, Iskra, Anton, Pavel, Valia; los
indigenismos procuraron los nombres de Cuauhtémoc, Cuitláhuac, Moctezuma, Teporaca,
Inti, Atahualpa, Eréndira, América, etc. Hay también los que son alegóricos: Esperanza, Caridad, Consuelo y en sus versiones
liberales: Libertad, Democracia, Victoria. Pero, insisto, portar un nombre con
tanta carga ideológica no siempre resulta afortunado, hay montones de lenines
que andan por ahí que son simplemente un fiasco o caridades que son una
diablas.
En la película de comedia “Flashback” de 1990, el
protagonista es un agente del FBI (Kiefer Southerland) , muy formal y
conservador, cuyo nombre verdadero era Free
Freedom y había crecido en una comuna hippie pero había renegado de todo ello para convertirse en un republicano agente
federal.
Yo por lo
menos conozco el caso de un hombre llamado Antón (por Makarenko), hijo de
padres dedicados a la educación y militantes de organizaciones gremiales de
izquierda, que no solo es ignorante, es el peor enemigo de la educación con el
que he tenido que interactuar. Es un fiasco total.
Sunday, November 07, 2021
¿Cambios en la UACH?
¿Cambios en la UACH?
Todo este argüende mediático acerca de los fallidos cambios académicos
en la UACH me hizo recordar que dicho planteamiento estaba sobre la mesa desde
hace décadas, básicamente porque la estructura por departamentos es característica
esencial de la Universidad oficial con mayor prestigio académico en la entidad,
la UACJ, o sea, que no era ni nueva ni original y, por lo menos, ya se había
comprobado su efectividad y pertinencia.
Había en la FFYL un catedrático insigne que
alguna vez llegó a ser Director en dicha facultad, bastante sui géneris en muchos sentidos pero bastante
querido por el alumnado, que tenía la costumbre de repetir siempre tres veces
sus afirmaciones durante una conversación e incluso en su cátedra.
Salíamos a los jardines un grupo de alumnas
cierta tarde, cuando nos interceptó el maestro por los andadores.
(Entre
paréntesis, como ustedes saben, querido lectores, para cuando estaba cursando los
últimos grados de la carrera en FFYL, yo ya tenía una larga trayectoria en
Educación de Adultos, por lo que había alguna disparidad en edades y
experiencia con mis condiscípulas, cerrado el paréntesis continúo.)
El
maestro se dirigió a nosotras:
-¡Muchachas, vengan acá, donde no nos vean!- Y
nos jaló hacia un rincón cercano a los muros del plantel, hablándonos con voz secretosa:
– Ya va
a haber elecciones para elegir el nuevo director, voten por mi compadre el
maestro “S”, voten por él, voten por él, el pobre ya tiene años haciéndole la
lucha y no queda, no queda, no queda mi compadre-.
Ésta que escribe no daba crédito a lo que escuchaban
sus oídos y veían sus ojos porque evidentemente se estaban violando varios preceptos
normativos y éticos desde el momento mismo que un catedrático, con ascendencia académica
sobre las alumnas, ejercía su “liderazgo” para influir en las decisiones políticas de ellas.
Me quedé muda inicialmente porque ya había
tenido antes una conversación difícil con el mismo maestro cuando le reclamé,
años atrás, que se dirigiera a los compañeros y compañeras como “tontos”, “idiotas”,
“tarados”, “memoria de teflón” , les pusiera apodos denigrantes como “la
chupacabras” a una muchacha muy morena de su piel y otras lindeces. En esa ocasión
le expresé mi consternación porque le
diera ese trato a las alumnas y alumnos que además ya no eran niños sino jóvenes
adultos, inteligentes y con criterio. Claro que esa vez me tomó cierto respeto a
mí, pero no cambió con los demás.
Entonces solo atiné a decir:
- ¡Maestro, no puedo creer que usted nos esté
diciendo eso!-
-¿Por qué no? ¿Qué no sabe usted que la otra
candidata va a apoyar la propuesta de “n” para que conviertan la UACH en
Departamentos, y desaparezcan las facultades? O sea que nos van a “juntar” con
los de Bellas Artes, a nosotros, dejaremos de ser FFYL.-
-¿Y eso qué tiene? Así está la UACJ-
-¿Cómo que qué tiene? ¿Qué vamos a hacer nosotros
revueltos con toda esa bola de “jotos”
(SIC)? Nos van a confundir-
En este punto de la conversación solté
tremenda carcajada, la verdad, entre el nervio de la situación y el ridículo
que me parecía estaba haciendo ese señor, no pude evitar dicha reacción.
-¿Por qué se ríe Flor, por qué se ríe, por qué
se ríe, le parece de risa?-
En eso comprendí
que debía moderarme si no me quería exponer a una calificación reprobatoria,
aunque dentro de mi pensaba que el hombre estaba cometiendo tremendos juicios discriminatorios
y hasta cuestionables dada su propia personalidad. Así que solo agregué:
-¿Está usted seguro que todos, maestros y
alumnos de Bellas Artes son como usted los está pintando? No doy crédito a que
usted, maestro, use dichos argumentos-
- Claro que sí, si son “jotos”, tooodos, bueno
menos mi amigo “T” y su esposo “R”, ellos no, ellos no, ellos no son-
Aquella conversación, definitivamente cabía en
el llamado “Teatro del absurdo”, así que pasó a ser, para mí, en lo inmediato y
a la distancia de los años, una experiencia de vergüenza ajena. Casi la olvidé.
Como 10 años después nos vimos nuevamente, en
una de esas reuniones de nostalgia, aquel grupo de amigas y condiscípulas y les
pregunté:
-¿Se acuerdan cuando el maestro “M” nos pidió
que votáramos por su compadre porque la otra candidata nos iba a juntar con los
de Bellas Artes?- Ellas contestaron
afirmativamente, por lo que les hice otra pregunta: -¿Y por quién votaron? Yo
nunca les pregunté en ese entonces por respeto a la secrecía del voto.-
-Por el compadre- dijeron ellas.
O sea que si fue efectiva la intervención del “insigne”.
Me dio cierta tristecita al constar que ESE es el nivel de análisis y discusión
de mi Alma Mater.
Thursday, October 21, 2021
Resistencia
LA RESISTENCIA DE LA MAESTRA
MALDONADO
Por Flor María Vargas
-Me levanto cuando canta el
primer gallo, salgo y toco el riel para
que los niños en sus casas se pongan en pie y vayan a lavar el nixtamal; al
segundo gallo toco otra vez el riel para que los niños se laven cara y manos,
se vistan y desayunen; ya cuando el sol se ve un poco arriba del horizonte toco
nuevamente el riel, ahora si para que se vengan a la escuela-
Esa fue la respuesta de la
profesora Maldonado cuando le preguntaron en que horario atendía su escuela
unitaria y multigrado en el poblado de “El terrero”, una comunidad de la
campiña chihuahuense que no rebasaba los
500 habitantes, allá por la década de los 50s del siglo pasado.
En aquellos años, mi padre, el Profr. Daniel Vargas Gamboa, era
inspector escolar en esa zona rural de
la entidad. Según cuentan, entre muchas anécdotas de todo tipo derivadas de las condiciones en que se
desarrollaba la labor del maestro en esas comunidades rurales, generalmente alejadas de las vías de comunicación,
que dos veces al año el profesor o
profesora debía presentar, en la sede de
la Inspección, un informe detallado de
su tarea educativa, la organización de su escuela, horarios, alumnos,
incidentes. Ese año estrenaban un formato diseñado para ello.
Si actualmente resulta difícil
acceder a muchos puntos geográficos distantes en nuestro territorio, hace 60 años aquello era
muchísimo más complicado, sin vías de ferrocarril suficientes, carreteras ni vehículos de motor asequibles,
sin telefonía, cualquier traslado se hacía a lomo de caballo y había que
confiar casi ciegamente en la buena
disposición de las y los profesores que se hallaban solos con su soledad en las
comunidades.
La secretaria de la Inspección recogía los informes, los más presentables elaborados a máquina, la mayoría escritos a
puño y letra. Uno de esos días, respondiendo al llamado que le hizo el
Inspector, se presentó la Srita. Maldonado.
La profesora andaba como en los
45 años de edad, el cuerpo todavía
firme, su rostro moreno y cabellera ensortijada delataba un origen afroascendiente; zapatos muy gastados pero bien lustrados, pulcras
medias de popotillo, vestido de color oscuro con encajes en el cuello, una
medalla dorada pendiendo de un broche en el lado del corazón. Su cuidadoso
atuendo, aunque sencillo y humilde, reflejaba la formalidad que debía portar
hombre o mujer dedicados a la noble tarea de enseñar. Era el vivo retrato de la
maestra rural en las medianías del siglo veinte.
-¡No, yo no puedo llenar eso, no
le entiendo! – fueron sus palabras cuando vio el formato del informe. Dicho esto, la secretaria se ofreció a llenar
el formato y comenzó a interrogarla:
-¿A qué horas abre la escuela?
¿Cómo? ¿Cuándo sale el sol en el horizonte? – Y tecleó en la vieja máquina
Remington de la oficina musitando: –Pongamos
que a las 9 de la mañana- . Y continuó el interrogatorio: - ¿A qué horas les da
receso?-
-Pues mire – contestó la srita.
Maldonado -cuando está el sol a mero arriba y que comienza a sentirse
fuerte el calor, los dejo salir para que
vayan a comer a su casa bien comidos, su
sopita, tortillas recién hechas, frijoles, que estén bien alimentados y que
duerman una siesta para que crezcan fuertes y sanos. Ya que comienza a bajar el
sol les vuelvo a tocar el riel para las clases vespertinas-
Lo que la secretaria tradujo
como: “Salen a la una y regresan a las 4 de la tarde”.
En otra ocasión la profesora
Maldonado mandó una extensa misiva, como de 10 hojas, escrita con elegante letra
cursiva del método Palmer, con el
objetivo de solicitar cambio de adscripción. En la carta
explicaba que, aunque tenía ya varios años ejerciendo la docencia en esa escuela y por
sus aulas habían pasado una cantidad de niñas y niños que ya eran hombres y
mujeres de bien, en los últimos tiempos
se encontraba totalmente a disgusto y hasta temerosa.
Describía que ese año escolar se le había metido la idea al señor Isidro Balderrama, padre de familia y
personaje con mucha predominancia en el lugar, de quererla seducir. El hombre, ya
medio madurón, tenía fama de ojo alegre, pero que ella nunca jamás aceptaría
las proposiciones de un hombre casado y se había negado de todas las maneras
posibles, primero se hizo como que no entendía, y de verdad no lo quería creer;
luego, fue un contundente no.
Sin embargo, seguía la
explicación, al sr. Balderrama parecía que le decía que sí y para colmo le
había dado por irle a tocar en la ventana por las madrugadas, así que, temiendo lo peor, ella decidió prepararse colocando
unos baldes de agua cerca de la puerta a manera de protección. La madrugada del
domingo anterior sintió cómo el hombre venció la chapa de la destartalada
puerta de la “casa del maestro”, pero
que en cuanto él asomó la testera ella
le arrojó los baldazos de agua serenada. El hombre, sorprendido, no tuvo más
remedio que irse mojado de pies a cabeza en medio de la nevada que en ese
momento estaba en su apogeo. Luego se enteró que el hombre había cogido una
terrible neumonía de la que estaba aún convaleciente. Así contados los sucesos
la profesora Maldonado insistía en su cambio inmediato, por la vergüenza y el
miedo de hallarse sola y vulnerable en aquella comunidad donde había vivido
tantas y hermosas experiencias como maestra rural de escuela unitaria.
Pasan las décadas y aunque ha
habido muchos avances tecnológicos y científicos, lo esencial permanece; la
pobreza del medio rural en México permanece y
todavía hay centenas de miles de escuelas unitarias en comunidades
rurales apartadas, en donde igual número
de profesores mexicanos viven cada día sus jornadas laborales tratando de
adaptarse a las condiciones de vida que ofrece la comunidad y, desde luego, resistiendo
a situaciones de vulnerabilidad extrema.
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