Las ferias del libro tienen su encanto, sobre todo para quienes como su servilleta gozamos con lectura de libros. Un libro nuevo (aunque sea usado) es un reto, es una nueva amistad y `probablemente un nuevo amor; en ocasiones es la renovación de un viejo idilio demeritado u olvidado, como cuando dice una, “¡Ah! ¡Mira, aquí hay un ejemplar de aquel libro que leí hace veinte años de prestado” ( Si, porque de chavos, estudiantes y sin trabajo, pues no había para esos gastos). La que escribe, por ejemplo, goza repasando las estanterías de las distintas librerías expositoras y con anticipación ha guardado un cabito del chivo para invertirlo en la compra de algún acariciado título, o varios, según el bolsillo. En esta pasada Feria del Libro, con todo y todo ( a las críticas posibles respecto a organización, difusión, programación,e, te, ce.), pude hacerme de algunos títulos interesantes con buenos descuentos, así por ejemplo adquirí libro “El mariachi” de Jesús Jáuregui. Amplio estudio histórico sobre los orígenes de esta tradición musical mexicana, que hoy por hoy nos representa en todo el mundo, con pasta dura, papel de excelente calidad y gran cantidad de fotografías inéditas, el libro es una edición de lujo realizada por el Inah en conjunto con Taurus. Confieso que lo adquirí no sólo por el interés que me despierta el tema y la edición en si, sino básicamente como un homenaje a mis primas Hortensia y Esperanza Vargas Villalba, cantante añorada la primera, guitarra espléndida la segunda, quienes integraron uno de los primeros mariachis femeninos de México allá en los albores de la década de los cincuenta. Digo esto porque es importante destacar que por lo regular tras la conducta de un lector consetudinario hay un trasfondo afectivo antes que intelectual, o las dos cosas a la vez. El libro es apreciado y gozado no solo porque nos provee de conocimientos sino fundamentalmente porque nos hace sentir mejores al proporcionarnos disfrute intelectual y resarcimiento emocional al unísono.
Otra adquisición relevante para ésta --aunque novedad atrasada- fue la edición conmemorativa de 100 años de Soledad de García Márquez de Alfaguara, edición comentada cuyo propósito es festejar los primeros cuarenta años de existencia de la novela del colombiano. Este libro fue publicado el año pasado pero no conservaba ningún ejemplar por lo que me decidí adquirirlo, y esto que en mi pequeña biblioteca existe ya una edición de los setentas, obsequio de mi padre para mi cumpleaños número catorce. El entusiasmo obedece desde luego a la fascinación que 100 años de soledad ha ejercido sobre esta escritora desde aquella primera lectura, realizada entre descansos en la escuela preparatoria, a la cual se le han sucedido por lo menos una decena más a lo largo de los años. Para esta lectora,100 años de soledad significó en aquel entonces el descubrimiento de una verdad deslumbrante: Dentro de una historia particular bien narrada puede caber
Libros 3
El tercer libro es el de “Memoria Roja. Historia de la guerrilla en México (1943-1968)” de Fritz Glockner, presentado hace un par de días en esta ciudad por Marco Rascón y Jesús Vargas. Fruto de un proceso de investigación que se prolongó por 25 años, este libro constituye un valioso aporte a los estudios sobre los movimientos sociales contemporáneos en México y, como lo expresa su autor, viene a romper la maldición aquella de que
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