Wednesday, June 10, 2009

Sapos

Con toda su fealdad, los sapitos también son animalitos de dios, decía mi bisabuela por lo regular investida de un gran espíritu franciscano. Así es, no obstante su asquerosa babosidad y fea apariencia, los sapos han inspirado leyendas, cuentos, chistes y no pocos refranes populares.
Los sapos tienen su lado romántico, si no me creen imagínense que están con su pa
reja una noche de luna llena en primavera, a la vera de un estanque, escuchando el concierto amoroso de los sapos. ¿No le dan ganas? La poética popular ha hecho del sapo uno de sus íconos del amor desgraciado, porque eso de ser tan poco agraciado físicamente y tan enamorado, solo se compensa cantando del ronco pecho de’sas de amor y contra ellas. Recuerden esa bella canción titulada El sapo cancionero: Sapo de la noche, sapo cancionero, que vives soñando junto a tu laguna, tenor de los charcos, grotesco trovero que estás embrujado de amor por la luna… Yo se de tu vida sin gloria ninguna, se de la tragedia de tu alma inquieta, y esa locura de adorar la luna que es locura eterna de todo poeta…etc. Y la que interpretan mis queridos amigos Carlos Castillo y Jesús Bell (Puede ser): Llueve y como he prometido aquí me tienes, he atravesado el campo salto a salto, igual que el más humilde de los sapos. Sabes, en el estanque ya no caben los lirios en que escrito tus canciones, te las podría croar toda la noche. Si pudieras ver, detrás de mis verrugas soy mejor de lo que crees… Mira, disfruta esta pequeña fantasía y se te crees mayor para los cuentos puedes pensarte niña unos momentos. Piensa, ya estoy acostumbrado a la paciencia… (Mmm, qué romántico).
De cine, cuentos y refranes.
El cuento más popular es el del príncipe que por un hechizo había sido convertido en sapo pero que al ser besado por una bella chica recuperaba su personalidad y guapeza. Aquí la lección era que no importaba la apariencia si a través de la bondad hasta un feo sapo podía convertirse en un príncipe azul. Desafortunadamente, contrario a la fantasía del cuento romántico, para muchas mujeres la experiencia resultó al revés, una vez que se besaba al bello príncipe este se convertía en el verdadero sapo asqueroso que llevaba dentro.


La peor de las historias es la fábula del sapo buena onda que le dio su lomo al alacrán para cruzar una corriente creyendo que en agradecimiento este no le habría de hacer nada, sin embargo, el alacrán utilitarista y manipulador, una vez logrado su propósito y viéndose a salvo del otro lado del río, le enterró su aguijón venenoso y riéndose del sapito le dijo: Nunca debiste confiar en un perverso venenoso como yo, bai… (¿Dónde lo he vivido, dónde?)

En cuanto a refranes de sapos, estos abundan, aquí menciono algunos: De acuerdo el sapo es la pedrada; qué culpa tiene la estaca si el sapo salta y se entrampa; p’alante salta el sapo aunque le saquen los ojos; sigue creyendo que porque el sapo brinca es de caucho; sapo que sale a la carretera, agua espera; en abril setas mil y en mayo puro sapo; a callarse ranas que va a predicar el sapo.
Lo más inusitado de las ficciones donde intervienen sapos: La lluvia de sapos al final de la película “Magnolia” de Paul Thomas Anderson. La milagrosa caída de los anfibios, ocurrida en el clímax de la historia, trastorna el curso de la narración de una manera abrupta, haciendo quedar atrás la vorágine desencadenada de los hechos y ayudando a los personajes a recuperar la serenidad hacia un desenlace armónico. ¿Cuántas veces hemos deseado que caiga una lluvia de sapos que nos saque de algún angustioso trace?

Grafología


Vaya esta columna para recordar a don Joaquín de la Fuente, insigne poeta, educador visionario y uno de los más doctos grafólogos que ha existido en la historia de esta extraordinaria ciencia en Chihuahua. Palmorence de origen, el Profr.de la Fuente fundó el que fuera uno de los más prestigiados centros educativos de su época, el Instituto Comercial, y desde ahí contribuyó a formar a no pocas generaciones de estudiantes de educación media. Esta que escribe formó parte de la planta docente de dicha institución durante tres años.
En más de un sentido, aquella estancia en el “Comercial” fue aleccionadora y extremadamente formativa para mí. Si bien no fueron mis comienzos en la docencia, si los que me ayudaron a definir competencias que luego me serían muy útiles en el ámbito de la educación, sobre todo en el diseño de materiales educativos.
De don Joaquín, tengo que decirlo, siempre admiré esa especie de convicción poética que lo animaba a ser congruente con sus ideas aunque estas parecieran descabelladas para mucha gente, así como la misteriosa fuerza espiritual que lo rodeaba en todo su hacer y que le ayudaba a salir con bien de cualquier tipo de escollos.
Con frecuencia teníamos largas charlas en las que me explicaba aspectos de su trabajo como grafólogo. Gracias a su intervención, en Chihuahua se resolvieron una buena cantidad de conflictos legales y uno que otro caso criminal. Seguramente sus descendientes guardarán por ahí algún nutrido racimo de anécdotas.
Por esos años le llevé un documento firmado por el director de la empresa donde yo estaba empleada, un licenciado Domínguez quien con ingenua soberbia había mandado imprimir cheques más grandes porque en los de tamaño estandar no le cabía completa la firma. Desde luego había sido el hazmerreír de sus subalternos que vieron en ello un gesto de humor involuntario.
Don Joaquín revisó la firma y comentó que, a juzgar por su dimensión y los trazos, el sujeto manifestaba una personalidad tendiente a la megalomanía que en realidad ocultaba una fuerte inseguridad en su persona y desconfianza hacia los otros que se traducía en conductas de extrema crueldad, seguidas de fuertes crisis de conciencia y arrepentimiento que sin embargo no podía demostrar por no delatarse.
Me sorprendí enormemente por la exactitud en la descripción de la forma de ser del ya mencionado licenciado Domínguez y desde entonces me quedó la convicción de que la firma dice mucho más de alguien, quien sea, que cualquier análisis psicoanalítico. ¿Ustedes creen? Se los dejo a su criterio.
Agradecimientos
La vida me ha dado varias lecciones interesantes. Una de ellas es que, como ya lo he dicho antes, no existe gremio más solidario que el de los periodistas. Por ello agradezco aquí a los amigos de El Cántaro, Bien Informado, Otras Noticias y La Opción de Chihuahua, su interés por difundir el contenido de esta sección. ¡Vaya un abrazo de agradecimiento para ustedes!

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