Sunday, December 28, 2008

La rueda de Perq en Bien Informado

El diario digital Bieninformado de Ciudad Juárez, así como el blog del Taller de Música Popular El Cántaro de aquella misma ciudad fronteriza, han publicado La Rueda de Perq, lo que se agradece profundamente desde este sitio.

Thursday, December 25, 2008

Non, rien de rien.




Cuando armada de la potente y singular voz que la caracterizaba, y que le valió el nombre artístico de “Piaf” (gorrión), la cantante Edith Giovanna Gassion cantó por primera vez la canción “Non, je ne regriette rien” probablemente nunca imaginó las alturas que alcanzaría. La dedicó con solidaria ironía a la Legión Extranjera, mítica institución del ejército francés a donde iban a parar los exiliados por voluntad propia. Enlistarse en la Legión Extranjera significaba romper con todo, familia, amigos, amores, e irse a vivir unmil aventuras que terminarían por curtir el alma y el cuerpo lejos de la calidez de la madre patria. Siempre era una solución para los decepcionados de la vida. En ese momento Francia se hallaba convulsionada por la guerra que se libraba en Argelia, en donde finalmente se impuso el espíritu libertario ganando su independencia política el país africano. Con ironía y todo, la canción “Je ne regriette rien” fue adoptada como el himno distintivo de esta fuerza militar y todavía se canta en los desfiles: Non, rien de rien, non, je ne regriette rien.

Se acaba el año 2008 en el cual no nos fue nada bien, hay que admitir por lo menos que los astros se hallaban encontrados y que la sociedad chihuahuense, así como nosotros los individuos que la integramos, nos vimos rebasados en más de una forma. Los feminicidios ya no son novedad, en todo caso fueron un aviso de lo que vendría después; si tolerábamos con bastante holgura la muerte de tantas mujeres víctimas de la violencia de género, menos nos iba a importar la muerte de tantos hombres jóvenes ejecutados por el narco. Ya la gente se toma justicia por propia mano y se sabe de la incorporación de cada vez más jóvenes a esta guerra sin sentido. Mientras que la gente común vemos con tristeza y temor el desplome de nuestro entorno social, la cultura de la violencia se posesiona cada vez más de las conductas colectivas y los políticos viven obsesionados con la carrera electoral del 2010.

Pero no nos quejemos más, mejor comencemos de nuevo. Hay que hacer algo –dicen todos mis amigos y amigas—. Pues si, hay que hacer algo, algo que sirva para construir nuevas formas de convivencia. ¿Podremos?

Por lo pronto cantemos junto con Edith Piaf: No, nada de nada. No, no me arrepiento de nada. Ni el bien que me han hecho, ni el mal, todo eso me da lo mismo. No, nada de nada. No, no me arrepiento de nada. Está pagado, barrido, olvidado. Me da lo mismo el pasado. Con mis recuerdos Yo prendí el fuego. Mis tristezas, mis placeres. Ya no tengo necesidad de ellos. Barridos mis amores, con sus trémolos, barridos para siempre. Vuelvo a partir de cero. No, nada de nada. No, no me arrepiento de nada. Ni el bien que me han hecho, ni el mal. Todo eso me da lo mismo. No, nada de nada. No, no me arrepiento de nada. Pues mi vida, mis alegrías hoy comienzan contigo...

Después de todo, la canción de Piaf es algo así como: “Termina una era, comienza otra, el pasado me importa un bledo”.

Monday, December 15, 2008

Dilema


No se si congratularme, por ser una mujer chihuahuense, o enfadarme, por lo mismo, pues en esta semana dos coterráneas recibieron, una en México, la otra en España, sendos reconocimientos por sus aportaciones a la defensa de los derechos humanos de las mujeres de nuestra entidad. Me congratulo, desde luego y además con mucho orgullo por el Premio de los Derechos Humanos entregado el 11 de diciembre en Los Pinos a mi amiga Esther Chávez Cano por su labor en Casa Amiga Centro de Crisis de Ciudad Juárez y por el que le fue entregado en Madrid España a Marisela Ortiz, coordinadora de la organización "Nuestras hijas de regreso a casa", este pasado 13 de diciembre.

Esther Chávez Cano

La periodista Esther Chávez Cano, nos consta, se entregó a la causa de los derechos de la mujer desde la trinchera del Grupo 8 de Marzo, con una sensibilidad que la llevó a convertirse, de facto, en la vocera ante los medios internacionales de los reclamos que hacía la sociedad juarence frente a la embestida feminicida. Nunca fue una posición cómoda, de ninguna manera, pues ha tenido que afrontar situaciones en extremo delicadas, llegando a ver amenazadas su integridad física y moral en muchas más de una ocasión. Funda el Centro de Crisis Casa Amiga, verdadero ejemplo a seguir por ser el único en todo el norte de México, donde ha mantenido, con admirable firmeza, una postura de servicio irrestricto a las mujeres, niños y niñas que han sufrido algún tipo de violencia sexual o doméstica.

Nuestras Hijas de Regreso a Casa

Por su parte y a la par, Marisela Ortiz representa a la sociedad organizada a raíz de la tragedia que han vivido cientos de familias de Ciudad Juárez, cuyas hijas no han regresado a casa cuando se les esperaba, habiendo sido víctimas de feminicidio. Nuestras hijas de regreso a casa es, pues, una figura retórica que se erige como símbolo del inmenso dolor que provoca la pérdida de las vidas de cientos de mujeres jóvenes, de la indignación colectiva por la falta de justicia y el imperio de la impunidad, pero contiene también un mensaje esperanzador que trasciende más allá tocando los corazones de todo el mundo. Sobre todo, se trata de la expresión organizada de una sociedad lacerada por la violencia, que de este modo establece sus propios caminos para seguir existiendo como tal antes que dejarse someter por la desintregación social.

La concurrencia de ambos acontecimientos, el de Los Pinos y el de Madrid, se constituye en un motivo de aliento para las mujeres y los hombres comprometidos con las causas de la vida y de la paz. Sin embargo resulta desalentador –aquí viene el enfado—el poco eco y la casi nula difusión que mostraron los medios locales, afanados tal vez en levantar la nota del ejecutado del día y la cantidad de casquillos repercutidos que se encontraron en el lugar, antes que destacar aquellos esfuerzos emergidos de la ciudadanía. ¿O será que causan escozor entre algunos niveles de gobierno?

Queja del género

Así mismo, resulta enfadoso darse cuenta que, a pesar de los esfuerzos, los años de lucha, las constantes denuncias, las mujeres seguimos padeciendo múltiples formas de discriminación, ganamos menos que los hombres por igual trabajo, se nos conceden menos oportunidades de negociación, se sigue presentando el acoso sexual en los ámbitos laborales, nos regatean nuestros derechos ciudadanos continuamente en los mismos partidos políticos que militamos y seguimos siendo víctimas de la violencia de género en nuestros entornos familiar, laboral y social.

Mujer, casos de la vida real.


Hay historias que de no ser porque tienen visos trágicos podrían ser bastante cómicas, como la de Helena y Chelito que se conocieron en medio de una situación adversa. Helena trabajaba en una dependencia del gobierno cuando en una ocasión un sujeto la abordó en el elevador. Después del buenos días le dijo: La he estado admirando de lejos y tengo una curiosidad: ¿Qué hay detrás de las bolsitas superiores de su blusa? Ante semejante comentario Helena enrojeció y muy seria salió del elevador en cuanto pudo. Cual no sería su sorpresa cuando unos meses más tarde, con motivo del cambio de administración sexenal, el tipo del elevador fue presentado como el nuevo director de la dependencia. ¿Sobre qué méritos? Los de ser amigo del de arriba. De inmediato le llamó y le expresó su intención de hacerla jefa de departamento, quesque para ayudarla a brillar con toda la luz que la iluminada, y enseguida le ofreció hacerla vocera oficial del organismo. Claro que, agregó, será necesario que su oficina esté cerca de la mía y tendremos que viajar juntos por lo que pronto la gente va a pensar que somos amantes ¿Está de acuerdo? Helena recapacitó: Efectivamente sabía que tenía la capacidad y experiencia suficientes para tomar el puesto que le ofrecían y además se lo merecía, pero eso de que fueran o parecieran amantes pues…como que no. --Voy a pensarlo-- le contestó para ganar tiempo. Pasaban las semanas y cada vez que el señor insistía ella le daba largas poniendo más condiciones, sobre todo las de conducta el sujeto, ya que era evidente la falta de probidad del hombre. El episodio concluyó cuando el jefe la mandó retirar de su cargo de una manera afrentosa y le pidió entregara el puesto a una nueva contratación: Consuelo, quien era una bien intencionada mujer, joven, guapa y madre soltera que necesitaba empleo con urgencia, la que sin pensarlo mucho tomó la oferta. Así fue como Consuelo, Chelito para los amigos, terminó siendo la vocera del organismo y la más fiel seguidora de su jefe; tuvo su oficina enfrente y le acompañó a todos los viajes de comisión. Se veían muy armónicos hasta que, luego de un tiempo comenzaron a notarse rispideces entre ambos. Una sospechosa pancita asomaba de entre las ropas de Chelito y el hombre –al fin rajado como todos los machos—no quiso reconocer la paternidad del ser que venía en camino, sino por el contrario la acusó de querer comprometerlo siendo él casado e inocente (¿?). El sujeto la despidió sin consideración a su estado. Por solidaridad femenina las dos mujeres terminaron siendo amigas y hoy se ven de vez en cuando. Ah! que retonta mi Chelito, le dice Helena, cómo fue que te dejaste engañar, así son estas alimañas, en cuanto tienen algo de poder, además de hostigadores se hacen más rajuchis; desde luego Chelito ganó el pleito laboral y tiene a su Consuelito, una preciosa niña igualititita a su padre, aunque espero que sea nada más en lo físico.

Friday, December 05, 2008

Ya métete pa´dentro que la estás regando


Asistíamos a una boda muy fresa donde todo era nice. Abundaban los vinos importados, los entremeses eran cangrejo, caviar… y la decoración de exquisitas flores blancas y gobelinos de seda. Entre las asistentes se veía uno que otro vestuario de diseñador francés y abundaban los diamantes en gargantas y muñecas. El festejo se desarrollaba perfecto, con la mesura que cabe a la gente bien hasta que, como en cualquier boda de rancho, el novio se puso jarras y ya entrado en calor subió al templete donde la orquesta tocaba algún anodino tema musical de elevador, para interrumpirla con un “tóquenme el Rey”. La cara de los músicos era de ¿what?.

--Si, el Rey, ¿qué no se la saben? –agregó el interfecto y robándose un micrófono gritó: No tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rrreeeyyy, remarcando la rrr de trrono, rrreina y rrrey.

Los músicos trataban de seguirlo mientras este continuaba en su afán artístico; una y otra y otra, no se cuántas veces repitieron el Rey de José Alfredo Jiménez. Cada vez peor, el chamaco se ponía en ridículo a sí mismo, a la novia que a estas alturas se había encerrado en el baño, acompañada solo por las damas de honor que trataban de calmar el inminente ataque de histeria, y a los papás de ambos contrayentes que se reprochaban entre ellos haber gastado tanto en un evento para quedar bien en el que, por el contrario, iban a ser abiertamente deshonrados. Tíos, primos y amigos del novio, subían e intentaban bajarlo inútilmente.

--Es mi boda—gritó –y ahora se aguantan gueyes, yo hago lo que quiera, para eso soy el rey de esta fiesta, pus que no se saben la canción? Y se soltó como disco rallado: Ess mi boda, ess mi boda, ess mi boda, ess mi boda, ess mi boda…La asistencia pasaba de la risa al fastidio y a la indignación, nada ni nadie lo hacía desistir de aquella cancioncita de niño de “esss mi boda, esss mi boda, esss mi boda”, hasta que al fin la madre, superando el bochornoso trance con toda la autoridad moral que le daba haberlo parido, subió, le dio una palmada en la cabeza y le dijo: “¡Ya detente m’hijo, bájate y vete con tu esposa! ( o sea: ya métete pa’dentro que la estás regando).

Desde entonces cada vez que alguien se sube a su templete, agarra el micrófono y se cree el rey, le cantamos: “Esss mi boda, esss mi boda, esss mi boda”. Así como un sujeto que en cuanto se subió a su ladrillo, cual cucaracha se mareó y hasta pidió que en su cumpleaños le cantaran las mañanitas con orquesta sinfónica y todo, que al cabo para eso “ess mi cumple, ess mi cumple, ess mi cumple… y yo soy el rey de mi fiesta (¿Qué no habrá alguien que le diga: ya métete pa´dentro que la estás regando). No cabe duda que sobran de esos.

Remando Despacio

Dice Violeta Parra que lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber, yo diría que ni con todo el poder se puede obtener por la fuerza el amor. El cómo se llega al amor siempre será un misterio. Por mi parte, estoy dispuesta nuevamente al amor, tal como lo expresa Briseño en el tema “Remando despacio” en voz de nuestra siempre admirada Eugenia León: Está muy bien, por aceptar que aun es posible enamorarse. Pero eso si va a estar difícil que me impidan arriesgarme, voy a vivir lo que cualquiera recomienda en estos casos: Hacerse al mar y no voltear hasta llegar al otro lado. A mi no me cuesta nada seguir remando despacio, ven arriésgate conmigo a descubrir el abrazo…. A ver, a quién le va a importar lo que yo piense en este mundo si yo también cuando lo miro me confundo. A mi no me cuesta nada seguir remando despacio…ven arriésgate conmigo a descubrir el abrazo.

El entierro


Hubo en mi infancia dos personas maravillosas que pocas veces he nombrado: los tíos Angel Medrano y Carmen Reza, quienes me prodigaron no poco cariño y atención en aquellos mis primeros años, durante mis estancias en su casa del viejo barrio de El Pacífico. El tío Ángel, cuyo parentesco no sabemos bien si venía por mi abuelo Juan Frescas o de mi abuela María Treviño, o de ambos –cosa frecuente en los ranchos— (dice mi madre que por lado de los Piñón), había sido para mi abuelo, más que un primo. Ellos dos eran como hermanos, habían crecido juntos compartiendo los juegos de la infancia y las vicisitudes de haber quedado huérfanos de padre a raíz de la epidemia de gripe del año 17 y eran muy pobres, campesinos de tierras temporaleras, sin acceso a sistemas de riego, ni créditos, ni nada. De mi abuelo, me consta su fuerte convicción agrarista y su tesón por el trabajo que lo ayudó a salir adelante con una familia de 10 hijos. Del tío Ángel, se decía en los corrillos familiares que solían integrarse junto a la cachumba de petróleo en la noches rurales de Santa Isabel, que había encontrado un entierro de dinero en plata y oro, de esos que dejaron los revolucionarios por todas partes, y que por ello había logrado hacerse de recursos. ¡Vayan ustedes a saber! Lo cierto es que se casó muy bien, boda en salón y demás, y adquirió una casona rústica muy grande, que ocupaba casi una cuadra, aquí en Chihuahua en el tradicional barrio ya mencionado. Era un hombre extraordinariamente devoto, que acudía diariamente a misa en el Sagrado Corazón de Jesús y mi tía Carmen, que fumaba como nunca a mi corta edad había visto antes fumar a una mujer, era una ama de casa como muchas, preocupada por la carestía de la vida y abocada en atender a sus jóvenes hijas: Elva, Gloria y Tere, y al más pequeño: Héctor. Esto en los tiempos que yo los recuerdo. A veces discutían por razones de economía familiar, la tía exigía, el tío repelaba y se hacían las escenas típicas de los conflictos de familia, volando por los aires los trastes de cocina que afortunadamente eran de peltre. Al día siguiente el tío llegaba con unas monedas terrosas que le entregaba a su mujer para que ésta las lavara y él, tan tranquilo se ponía a enderezar los peltres del día anterior, silbando algo así como “Amorcito corazón” y volvía la armonía a la casona; hechos que, para los observadores, comprobaban la hipótesis del entierro.

(A mis primos, sus hijos, pido disculpas si al evocar aquellos recuerdos a través de la imaginación desbordada de la infancia caigo en alguna exageración. Lo cierto es que los tíos Ángel y Carmen fueron muy pero muy queridos y su recuerdo aún late con fuerza en el corazón de la familia).

El Premio Madre Reynoso

Hace unos días, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la No Violencia hacia la Mujer, fue entregado a Irma Campos Madrigal el 4º Premio Madre Reynoso, en un evento presidido por el propio Gobernador del Estado. Vaya pues la felicitación a nuestra querida amiga Irma, un verdadero ejemplo de rectitud y entereza. Mujer de convicciones, Irma ha sido mástil, timón y brújula de múltiples causas y luchas emprendidas por la izquierda en Chihuahua y, particularmente, de la defensa de los derechos de las mujeres. La ceremonia en cuestión fue todo un acontecimiento; el Salón 25 de marzo estuvo repleto de amigos y partidarios que no dudaron en convertir aquello en una manifestación política –de las buenas—, sobre todo cuando después de leer su discurso, Irma se colocó el sombrero rosa de las Mujeres de Negro.

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La mula no era arisca

Por qué tanto brinco?

No recuerdo si ya he contado esto antes pero los mismo da, ahí va la historia: Le sucedió a un antiguo amigo, el profesor A, el cual era dirigente campesino en aquellos años en los que, siendo de origen rural y en su calidad de egresado de la Normal Rural de Salaices, mantenía una identidad agrarista a toda prueba. Como dirigente estatal de la central campesina a la que pertenecía fue enviado a contener la preocupante confrontación entre dos bandos en un ejido de por allá por Jiménez. Según decía, los contendientes se juntaron con él en el salón de actos de la escuelita, cada bando en un extremo como macetones en corredor, él en medio. Los ánimos eran tan ríspidos que se podían palmar en el ambiente y luego de las salutaciones de rigor entre largos silencios incómodos, el profe A decidió romper el hielo: --Pues bien, camaradas, a lo que te truje Chencha…Hablemos claro…al pan pan y al vino. Hasta el comité estatal han llegado noticias de lo que aquí está sucediendo y allá nos preguntamos ¿Por qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? Si todos sabemos que hablando se entiende la gente. Aquí no hay más que dos sopas, de arroz y de arroz, nuestros enemigos son los terratenientes y los funcionarios corruptos. Debemos estar unidos, porque separados podemos ser tan diferentes como los dedos de una mano, pero juntos tenemos la fuerza de un puño cerrado; y si cada uno se va por su lado, si nos separamos, si dejamos que cunda el desánimo o si aceptamos las davidas deshonrosas que los corruptos nos quieren imponer, corremos el riesgo que quedarnos como el perro de las tortas--. Luego de este, entre carcajadas se distendió la reunión y se pudo iniciar el diálogo. El profe A utilizaba una retórica pueblerina porque sabía el valor de estas palabras sencillas, tan sabias y antiguas como nuestra cultura. Refranes que cada uno es un aforismo filosófico.

La mula no era arisca

Con la anécdota anterior reivindico lo que voy a escribir enseguida, a propósito de la coyuntura: En todas partes de cuecen habas, el que siembra vientos cosecha tempestades, con la misma vara que midas serás medido, el que la hace la paga, a cada puerco le llega su matancero, Dios castiga sin palo y sin rebenque, aquí hay gato encerrado, la mula no era arisca pero la hicieron.

Esta va para un amigo que le anda poniendo los cuernos a su mujer: El que mal anda mal acaba.

Foro Voz y Presencia

Culminó con éxito el Primer Foro Voz y Presencia de los Universitarios en los Grandes Temas Nacionales. Tres fechas en las que reconocidas personalidades de los ámbitos académico y político expusieron sus puntos de vista ante los temas más álgidos del momento. Destacó la participación del ex presidente del gobierno español Felipe González, muy concurrida la intervención de Liébano Sáenz, ilustradas las de Carlos Montemayor y Góngora Pimentel, interesantísima y amena la de Francisco Martín Moreno y francamente aleccionadora la de Henry Murraín. Este último expuso algunos datos duros acerca de la experiencia en Bogotá durante el gobierno de Antanas Mokus que bien debieran ser tomados en cuenta por nuestras actuales administraciones. Lo más notable de este Foro es que la iniciativa, emergida de la sociedad civil organizada en el Colegio de Abogados, logró atraer el apoyo de las universidades más importantes del estado, sumando posteriormente a la Presidencia Municipal y al Gobierno del Estado, con los resultados a la vista.

Voces de América


Ya ven que a una de pronto le da por descubrir el agua hervida, así es como estoy redescubriendo a Lilia Downs gracias al envío de un CD que me hizo mi querido hermano Juan, el cual contiene una cuidada selección de temas de lo mejor de la diva oaxaqueña. Lo he encontrado casi perdido entre los de Pablo Milanés, David Haro, el Negro Ojeda y otros que Juanito Melodía me hizo el favor de preparar para mí y que por esa tonta actitud de no tomar en cuenta las recomendaciones de tus más cercanos, que suele ser recurrente entre los malagradecidos, los dejé metidos en un cajón. Los he encontrado y los he disfrutado al máximo, como ya lo escribí, sobre todo el de la Downs, que en esta selección muestra un mosaico plural de la cultura musical de América. No se trata de que la cantante tenga una voz privilegiada como dice el cliché, sino que como el cenzontle, ave de las mil voces, aquí imita y reinterpreta los múltiples cantos de nuestra tierra mestiza. Es fascinante su versión africoantillana de La Bamba, por ejemplo; de la tan de José Alfredo Paloma Negra y la emblemática Cielo Rojo. Las deliciosas Mother Jones y Brown Paper People que evocan la música y sentires de los afromericanos y los chicanos.

Dignificada

La Balada de Digna Ochoa (Dignificada) que en realidad es una fusión de ritmos tradicionales y rap, donde desnuda la triste suerte de una mujer que defiende su derecho: “ Soy una mujer que llora. Soy una mujer que habla. Soy una mujer que da la vida. Soy una mujer que golpea. Soy una mujer espíritu. Soy una mujer que grita. Hay en la noche un grito y se escucha lejano. Cuentan al sur, es la voz del silencio. En este armario hay un gato encerrado, porque una mujer, defendió su derecho. De la montaña se escucha la voz de un rayo. Es el relámpago claro de la verdad. En esta vida santa que nadie perdona nada. Pero si una mujer, pero si una mujer, pelea por su dignidad. Te seguí los pasos niña hasta llegar a la montaña. Y seguí la ruta de Dios, que las ánimas acompañan. Ay morena, morenita mía, no te olvidaré.” (Estremecedor homenaje dedicado a la derechohumanista Digna Ochoa, muerta en circunstancias misteriosas y a la que las autoridades encargadas de esclarecer su asesinato solo se dedicaron a desprestigiar, como si con el escarnio inducido pudiesen justificar su muerte). Vaya para Juan (¡Qué bello nombre, el nombre de los mexicanos!) mi abrazo fraterno y agradecido por proveerme de música para el alma.

Águeda en Chihuahua

Esta semana se inauguró en Casa Chihuahua Centro de Patrimonio Cultural, la exposición de la pintora y escultora Águeda Lozano titulada “Instantes Simultáneos”. Excelente muestra representativa de la obra de la artista cuauhtemence, avecindada en Paris desde hace treinta años. Agueda posee un sólido prestigio internacional y ahora la tenemos nuevamente en Chihuahua gracias a las gestiones de María Isabel Sen. No se pierda esta muestra de pintura y escultura.

Sunday, November 09, 2008

¡Gracias amigos y amigas!















La vida está llena de situaciones feas, tales como ejecuciones, avionazos, maíz transgénico, rompimientos, enemistades, enfermedades, muertos… y más muertos ; en fin, con tantos dolores que nos punzan el alma bien podríamos armar un rosari
o de penas.¡Madre dolorosa! ¡Ruega por ella! Madre misericordiosa! ¡Ruega por ella! Madre iluminada! ¡Ruega por ella! Y pasáramos así los días y los años, hincados en un reclinatorio, poniendo los ojos en lo alto como si de allá nos pudiesen resolver la vida. Pero no, la vida y sus entuertos, goces, placeres, angustias y tristezas, está aquí abajo y tenemos, no solo que sobrellevarla, sino conducirla. En ese trance, qué maravilla es tener una familia y amigos con quien desahogar las penas y con quien compartir los sueños, porque un amigo, amiga, padres, hermanos o hijos, siempre estarán ahí para brindarte su mullido abrazo de consuelo y su palabra de reconformación, o de plano, como ya lo expresé antes en otra columna, con el compromiso de juntar piedras.

Tres amigos

Tengo en mi poder dos fotografías que constituyen en si una historia la cual bien podría titularse “Los tres mosqueteros cuarenta y cinco años después”. En la más antigua, que data de finales de la década de los veinte, se encuentran en orden de izquierda a derecha: Roberto Saucedo, Salvador Martínez Prieto y Daniel Vargas Gamboa. Están muy jóvenes, probablemente ninguno alcanzaba los veinte años de edad para esa época y eran recién egresados de la Normal del Estado. Contaba don Daniel que a Saucedo lo conoció durante una novatada en el Científico y Literario. El muchacho venía del sur, creo que de San Luis Potosí y era mal amansado. Cuando se le echaron encima los fósiles con el propósito de aventarlo dentro de la legendaria pila del Instituto, que no era para eso, pero en eso la aprovechaban los traviesos estudiantes, el sorprendido novato sacó de entre sus ropas tremenda daga con intención de defenderse y el agua podría haber corrido al río, decía mi padre, si no hubiera él intervenido. El joven Daniel se interpuso y calmó los ánimos defendiendo con su cuerpo al novato y como ya desde entonces imponía respeto… se salvó la situación. Así se inició la amistad. Ésta que escribe tardaría casi treinta años más en aparecer en escena, sin embargo recuerda perfectamente a su padre, el Prof.. Vargas, compartiendo una amistad entrañable y cotidiana con los otros dos. Saucedo, siempre grave y adusto; Martínez Prieto, a quien cariñosamente llamábamos mis hermanos y yo “tío Chava Buu”; así como los Profrs. González y Salazar, continuamente cenaban en casa los jueves el tradicional menudo e, incansables, jugaban dominó hasta bien tarde. Seguido subían a la niña a jugar este entretenido juego, cosa que aprendí bien, al igual que a no hacer trampas, porque siendo ellos tan rectos como lo fueron toda su vida, era imperdonable tal desatino.

Cuarenta y cinco años después

La otra foto data de los setentas, nuevamente aparecen en orden Saucedo, Martínez Prieto y mi padre. Se hallaban en una fiesta familiar de los Martínez y se veían muy felices. Debían estarlo. ¡Tantos años de amistad! ¡Tantas experiencias en común! A la vez que tan diversos: cada quien con posturas diferentes ante la política y la religión. Eso si, extraordinariamente firmes en sus valores. Los tres serían, hasta el fin de sus días, honestos a carta cabal, críticos, idealistas y comprometidos con las causas sociales, además de inalterables en la amistad. Como dice la canción: ¡Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir!

Thursday, October 30, 2008

Lo que el viento se llevó: Ícono de una generación


(Advertencia:

Perdón a mis lectores, si , soy repetitiva como todos, padezco de ciertos leit motivs, ciertos emblemas que aparecen como temas recurrentes; Lo que el viento se llevó, Scarlett O'hara y Rhett Buttler son... eso. )


Tendría como cuatro años cuando mi madre me llevó al cine del barrio (el Azteca) a ver “Lo que el viento se llevó”. Me impresionó tanto que durante muchos años tuve pesadillas en las que aquel mundo devastado de la guerra civil norte-sur de EU, se me aparecía como anticipación apocalítipa del fin del mundo. Ésta quedó fija en mi memoria como el máximo registro infantil de dolor emocional ante la conflagración bélica. Obviamente no había vivido nada. En aquella tierna edad mis tragedias eran de celuloide. Pero, debo admitir, lo que más me impresionó, y lo que me dejó más huella emocional, ha sido el personaje de Scarlett O'Hara, horrorizada por la guerra y la muerte, indignada por la pobreza y el hambre, afrontada a la responsabilidad de ser. En ella no había cabida para las debilidades femeninas a pesar de su belleza...

Si mal no recuerdo, Scarlett O'Hara trepó a su hermana parturienta arriba de una carreta que condujo por entre el campo de batalla. Al fondo se escuchaban los ruidos de la metralla, además de guerra todo era desolación, fuego, humo, destrucción. Scarlett cumplió con su cometido resguardando su carga de nueva vida. En la casona paterna reinaba el dolor, la oscuridad y el abandono, Scarlett entra hasta el traspatio y del magro huerto arranca un tubérculo del suelo, en ese momento hace un juramento. Esa es la escena que más ha impresionado a la niña, en ella se mezcla, por un lado el arrojo, la valentía y el coraje del personaje con una especie de sentido del deber extraordinario. Dicha escena se repitió durante años en mis pesadillas.

Scarlett, prototipo de la mujer del siglo XX

Scarlett O'Hara, bella y fuerte, vulnerable e invensible. ¿El prototipo de la mujer de la segunda mitad del siglo XX? Mujer en plena lucha por la sobrevivencia, no sólo como ser humana, sino como ente cargado de significaciones inaprensibles y contradictorias, significaciones al fin determinantes. O se tiene amor o se tiene éxito en el sentido masculino. Ahora que a principios del siguiente siglo la lucha parece enconada y en ocasiones perdida, la misoginia y el feminicidio se erigen sobre nuestras dulces cabecitas, tan llenas de ideas y sueños imposibles.

Lástima… Rhett

Rhett Butler, prototipo del hombre fuerte, dominante, poderoso, nunca podrá serlo lo suficiente para retener a Scarlett , y, finalmente, huye. Al parecer la abandona aunque en realidad nunca la tuvo. Ese final me conmueve, Scarlett permanece arriba de la escalera. Quizás llora un poco y da media vuelta exclamando un diálogo: Me iré a dormir, mañana pensaré cómo haré que vuelva, mañana será otro día.

Nota: Hace unos días recibí un mensaje de Milagros Revenga, quien fue la compañera de Alejandro Aura en sus últimos años, donde informa del sentido homenaje póstumo que le hicieron sus amigos de Madrid. Vaya por este medio un saludo de reconfortamiento a Milagros.

Thursday, October 23, 2008

Edith, las amazonas, Serrat y Aute



Edith y las Amazonas

Hace unos días recibí correo de mi querida amiga Edith desde España. Como siempre sucede, su mensaje fue para mí como recibir una bocanada de aire fresco. Me reservo revelar lo que ella me dice, pero trascribo aquí parte de mi respuesta: “Hola Edith. Me da gusto saber de tí.. A pesar del aire de misterio, noto en tu prosa un estado espiritual de serenidad, la serenidad que proviene de saberse completa. Eso me gusta. Somos como amazonas. ¿Recuerdas el mito de las amazonas, aquellas mujeres guerreras capaces de cercenarse un seno para poder manejar mejor el arco? Claro que a estas alturas de la civilización no hay que llegar a tales extremos, pero en el plano de lo simbólico, que es en el que cobran sentido los mitos, la decisión de la amazona actual refiere a esa actitud frente a la vida de saberse completa, autónoma y libre”. Edith: Hasta donde estés, va contigo mi pensamiento.

Serrat y Algo personal

Y los 20 mil que estuvimos en El palomar coreamos junto con Serrat: “Probablemente en su pueblo se les recordará, como cachorros de buenas personas, que hurtaban flores para regalar a su mamá, y daban de comer a las palomas. Probablemente que todo eso debe ser verdad, aunque es más turbio cómo y de qué manera, llegaron esos individuos a ser lo que son, ni a quién sirven cuando alzan las banderas… Se gastan más de lo que tienen en coleccionar, espías, listas negras y arsenales; resulta bochornoso verles fanfarronear, a ver quién es el que la tiene más grande…” ¿Será por algo que sabemos, por alguna experiencia con políticos? Y continuamos:”…No conocen ni a su padre cuando pierden el control, ni recuerdan que en el mundo hay niños. Nos niegan a todos el pan y la sal. Entre esos tipos y yo hay algo personal. Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión, de declarar públicamente su empeño, en propiciar un diálogo de franca distensión, que les permita hallar un marco previo…” Ciertamente, fuera de la expresión común entre políticos, esa de que no es nada personal, si hay algo personal, lo subraya Joan Manuel con gran agudeza crítica en su canción Algo Personal. Esta que escribe agrega: …y cuando pierden el control no conocen ni a su madre ni a su padre, mucho menos a sus amigos.

Auté y la belleza perdida

Otro excelente poeta musical español Luis Eduardo Aute escribe:
“… y ahora que ya no hay trincheras el combate es la escalera y el que
trepe a lo mas alto pondrá a salvo su cabeza Aunque se hunda en el asfalto
la belleza...
Míralos, como reptiles, al acecho de la presa, negociando en
cada mesa maquillajes de ocasión; siguen todos los raíles que conduzcan
a la cumbre, locos por que nos deslumbre su parásita ambición. Antes iban
de profetas y ahora el éxito es su meta; mercaderes, traficantes, más que
nausea dan tristeza, no rozaron ni un instante la belleza...”

Igual que Aute, hago un acto de fe con lo siguiente: “…Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada la belleza…”

 

Monday, October 13, 2008

La ejecución nuestra de cada día



Imposible soslayarlo. La semana que termina cuando escribo estas líneas ha sido pésima para el ánimo de los chihuahuenses. Entre los once –nada más once—que murieron en la balacera del Río Rosas se encontraba nuestro colega David García Monroy, uno de los mejores escritores que deambuló por estas tierras en los últimos veinticinco años. No sólo eso, DGM fue todo un personaje del periodismo local, tanto por su maestría en el oficio de la escritura sino también por la firmeza de sus ideas y su probada honestidad. Esto lo afirmo aun cuando muchas veces no estuviera de acuerdo con sus posturas políticas. Demás está decirlo pero es necesario aclararlo, en el momento que ocurrieron los hechos, David, como cualquier parroquiano común, se encontraba tomándose un rato de descanso en este lugar de diversión. Nada tenía que ver con el narco, ni mucho menos. Por alguna nefasta razón se ha hecho creer a la opinión pública que quienes han sido víctimas de las llamadas “ejecuciones” están todos implicados en esta actividad. Habría que tener la certeza de tales afirmaciones pero como no hay datos claros, queda la duda. No obstante, sean delincuentes o no, también son seres humanos y, francamente, a esta que escribe como a muchos, nos duele enterarnos cada día de nuevas muertes por la violencia. Máxime que estamos expuestos en cualquier lugar y a cualquier hora del día. Que quede claro: No se trata de una guerra de ficción, es la realidad.

Raúl Anibal dice:

Raúl Anibal recogió en su página blog ( http://raulanibal.blogspot.com ) las siguientes palabras de David publicadas el pasado 24 de septiembre: “El torrente de noticias pésimas hace pasar desapercibido el raquítico manojo de buenas nuevas. Uno puede buscar inútilmente en las páginas de los diarios un solo párrafo alentador, una sola nota que nos haga sentir fe y esperanza”. Desafortunadamente David se ha ido y el resto quedamos aquí, pretendiendo inútilmente que algo subsista en el fondo de la caja de Pandora.

Serrat en Chihuahua

Habíamos acariciado largamente el momento de ver a Joan Manuel Serrat nuevamente en Chihuahua y fue apoteótico –a pesar de que se percibía una tristeza colectiva--, ya que más de 20 mil espectadores pudimos compartir la admiración por este gran artista en el maravilloso escenario que ofrece hoy El Palomar. El público fue respetuosísimo con esta leyenda viva de la música contemporánea, cuyo prestigio radica no en los oropeles del showbisnes, tampoco en el snobismo de la llamada cultura culta, sino fundamentalmente en haberse formulado como un militante activo de sus raíces culturales y de la poesía hispana. ¡Un beso para Serrat!

Show vs. violencia

Dicho sea de paso, no hay ni habrá show o espectáculo alguno, comercial o culto, de pueda compensar la pérdida de vidas humanas.

Monday, October 06, 2008

Cultivo una rosa blanca




Amistad con Cuba

El amor por Cuba y su pueblo nos nace desde José Martí. ¡Quién no recuerda aquellos Versos Sencillos! : “ Yo soy un hombre sincero de donde crece la palma. Y antes de morirme quiero echar mis versos del alma. Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy: Arte soy entre las artes, en los montes, monte soy. Yo sé los nombres extraños de las yerbas y las flores, y de mortales engaños, y de sublimes dolores. Yo he visto en la noche oscura llover sobre mi cabeza, los rayos de lumbre pura
de la divina belleza…”. O aquellos de… “Cultivo una rosa blanca en Junio como en Enero, Para el amigo sincero, que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca, el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo, cultivo una rosa blanca”. Versos que aprendimos de memoria desde la tierna infancia luego de leerlos en los libros de texto de primaria. (Siempre me cautivaron y casi puedo visualizar las ilustraciones maravillosas que los acompañaban en esos añorados libros, los esenciales donde aprendimos la lectura.) Con más justeza debo decir que la amistad y complicidad entre ambas naciones tiene un carácter histórico gracias al origen común. Mancuerna que se ve ampliamente reflejada, entre otras manifestaciones de la cultura, en la literatura. Está el caso de los personajes surgidos de la inventiva de Alejo Carpentier en su novela “Concierto Barroco” –por cierto excelente— en la que un mexicano mestizo adinerado y su siervo negro cubano viajan juntos a Europa donde causan gran asombro, uno con su grandilocuencia nata y otro con su inequívoco talento musical. Van, cual amables conquistadores, para dejar honda huella en las costumbres y en la artes del viejo continente. Con ellos llevan el chocolate, la plata, una gastronomía deliciosamente mestiza, los ritmos afroantillanos y la triste historia del emperador Moctezuma, Cortés y la Malinche. En resumen: Cuba nos llega al alma por distintos motivos.

Llueve sobre mojado

Si bien la Isla ha resistido durante décadas la violencia del vecino país del norte, violencia disfrazada de bloqueo económico, dejando bien clara la capacidad de resistencia y sobrevivencia heroica del pueblo cubano, hoy en día atraviesa por una tragedia de medidas catastróficas luego de haber sufrido la embestida de la naturaleza en dos ocasiones. Urge el apoyo. Nosotros, estimados lectores, solamente hemos visto lo mínimo y es terrible, imagínense lo que pasa en la Isla, tan desprotegida, tan expuesta. La Casa de la Amistad con Cuba, integrada por entusiastas simpatizantes de Cuba, está convocando a los interesados para que hagan sus aportaciones a la cuenta número 00444054008 de BBVA Bancomer a nombre de María del Rosario Ibarra de la Garza.

Blogs

Agradezco a los amigos del Taller de Música Popular El Cántaro de Ciudad Juárez por haber subido la Rueda de Perq a su blog (http://tallercantaro.blogspot.com) y les anuncio que debido a la insistencia de amigos y lectores por fin se activó una página blog para la columna. Si ustedes desean releer los textos publicados de noviembre a la fecha, pueden ingresar a la dirección http://laruedadeperq.blogspot.com. Con un ¡Hasta siempre! Me despido.

Miguel Ángel, Víctor Hugo y Carpinteiro


Miguel Ángel Giner fue un personaje extraordinario. Nos conocimos muy jóvenes, andábamos quizás en los veinte cuando él se aparecía de vez en cuando por mi casa. Yo estudiaba Letras, él estudiaba Psicología. Fue siempre amabilísimo, pero más que eso tenía una gran cualidad, todo le parecía digno de su atención. Se asombraba con alguna conversación, un libro, una canción, una idea y se enternecía con el recién nacido Daniel Espartaco que dormitaba en la cuna. Me daba la impresión que hasta las plantas de la ventana, la lámpara del comedor, el sillón improvisado de la sala, todo le era maravilloso. Desde luego era un soñador, un idealista como lo éramos todos a esa edad. Terminó la carrera y un día se marchó de la ciudad, no volvimos a saber de él hasta que regresó enarbolando la causa de Rita Quintero, la rarámuri que encontró interna en un siquiátrico de Kansas, EU. La historia de Rita, así como la lucha que emprendió Miguel Ángel para hacerla regresar a Chihuahua, quedó plasmada en la obra de nuestro querido Víctor Hugo Rascón “La mujer que cayó del cielo”. Miguel Ángel y Víctor Hugo sellaron entre ellos una amistad histórica, no sólo porque ambos fueron de esos personajes cuyo paso por la vida nunca quedará en el olvido, sino porque dieron nacimiento a uno de los más contundentes discursos dramáticos del siglo XX en la obra ya mencionada, cuyo trasfondo, más allá de la anécdota de por si heroica, tiene que ver con varios de los temas existenciales de nuestra Era: la otredad, la heterofobia, el etnocentrismo, la incapacidad para comprender y respetar al otro, la ignorancia de lo que no nos es propio, la discriminación hacia los ilegales, los indígenas, los enfermos y las mujeres en un mundo dominado por el poder, el imperialismo económico y el colonialismo cultural. Miguel dejó este mundo hace algunos años, siendo joven aún. Víctor Hugo falleció hace solo un par de meses. Hoy en día, en el montaje dirigido por Barclay Goldsmith, el actor Víctor Carpinteiro da vida al personaje de Miguel Ángel. Entre sus vivencias, hace un par de días narró a esta que escribe el impacto que le produjo conocer al hombre real y tener que autoasumirse como un actor que re-crea a un personaje, es decir que lo hace verosímil sin ser aquel. De igual modo describió el inconcebible dolor que le causó tener que representarlo el mismo día de su muerte. Concluyo que en estos efectos radica la magia del teatro y el dramaturgo Víctor Hugo lo sabía muy bien. El texto dramático y la representación escénica ante un auditorio hacen que los simples hechos del argumento –que pueden o no estar basados en hechos reales-- trasciendan hacia el plano de lo filosófico a través de la ficción. Por ello el teatro, el buen teatro, nos debe hacer pensar.

Nota de contexto: Mientras escribo esta columna escucho a Billy Hollyday, tan jazz, tan negra, tan sensual. Gracias vida por darme la oportunidad de disfrutar de la belleza de la música.

El gallo colorado


Si el síndrome del espejo mágico es terrible para quien lo detenta y más para quién lo padece indirectamente, el síndrome del gallo no lo es menos. Ahí les va una historia:

Allá en su rancho mi abuela María, una mujer sencilla de pueblo, era orgullosa propietaria de uno de los gallineros mejor instalados de los alrededores. Era un espacio grande y de sólidas bardas de adobe, cerrado de modo que las gallinitas no se salieran del corral. Decía ella que para que no anduvieran entre inmundicias. Diariamente les llevaba su maíz quebrado, purina y las tortillas y sopitas que sobraban de la comida. Las conocía a todas y cada una por sus características y hasta nombre les tenía: la pinta, la negra, la colorada, la búlica, la copetona, la cucha, la gritona; en fin, las amaba, cuidaba y alimentaba con esmero para que hubiese todos los días suficiente huevo fresco y carne de pollo o de gallina para las fiestas. En aquel gallinero había dos grandes higueras, una blanca y otra negra, que desde luego daban abundantes higos, tantos que se caían solos y servían también de alimento a las gallinas. En tiempos de cosecha los nietos nos andábamos todo el día asomando al gallinero porque queríamos comer de aquella dulcísima fruta; muchas veces sin animarnos a entrar porque el gallo colorado, dueño y señor del lugar, apenas nos veía poner un pie adentro se nos lanzaba encima a picotados y kikirikis y clocloclos. En verdad aquel animal era temible, no sólo era un aguerrido guardián de su territorio sino también un cruel tirano de sus gallinas, las traía “juídas” y hay de aquella que no se rindiera, la agarraba a picotazos en la cabeza hasta que la atrevida se echaba y pum requete pum… el gallo cumplía con su cometido. El gallo reinó en el gallinero durante años, prácticamente toda nuestra infancia, plagando nuestro anecdotario familiar de historias relacionadas con el gallito valentón, de las corredizas que nos ponía y de las mil y una estrategias que inventábamos para evadir su animal vigilancia. Ya entrada la adolescencia regresé durante unas vacaciones a casa de los abuelos y me enteré de la desaparición del gallo. Lo mataron las gallinas --me contó mi abuela-- un día, como si se pusieran de acuerdo, entre todas lo picotearon hasta dejarlo lacio y así se anduvo un tiempo hasta que colgó el pico. Triste fin el del gallito.

El complejo del gallo

Con esta inocente historia se puede ilustrar el complejo del gallo. Hay hombres que se sienten el gallo del gallinero, esposos de todas la gallinas, papás de todos los pollitos y dueños del territorio y hasta de las higueras. Solo que en ese afán se les va la vida.

La moraleja es que por muy espolonudo que se sienta y muy kakareador que sea el gallo, todo es que las gallinas se organicen para que le den en la torre. Epílogo:

Tanto que me divierte el tartamudo gallo Claudio con sus tarugadas, ahora lo veo sospechoso.

Dime espejito


Dime espejito ¿Quién es la más bella?

¿Quién no recuerda aquel aterrorizante personaje del cuento de Blanca Nieves, la madrastra malvada que cada día repetía el ritual de mirarse en su espejo mágico para preguntarle quién era la más bella entre las bellas. El espejo, al fin cómplice, le contestaba siempre que ella, hasta que un día ( así cuentan los cuentos) el espejo le contestó que ya había otra mejor, o sea Blanca Nieves, la hijastra. La madrastra, transformada en bruja por la ira mandó un sicario a sueldo para acabar con la vida de la niña… La historia todos la sabemos porque formó parte de nuestra mitología infantil. Esta que escribe hasta la fecha tiene pesadillas con aquel bosque siniestro y la piensa dos veces antes de morder una manzana obsequiada por alguna ancianita desconocida. La historia de Blanca Nieves es una de tantas que circulaban en la tradición oral de los pueblos europeos en los tiempos medievales y sin embargo, como todos los mitos ancestrales, refleja perfectamente pautas de comportamiento humanas. Me explica un amigo muy sabio pero muy sabio, David, cómo se manifiesta el síndrome del espejo: las personas, que generalmente construimos nuestra identidad el uno frente al otro, buscamos vernos reflejados en el espejo del otro. Cuando el espejo del otro es concordante estamos felices en mayor o menor grado de acuerdo al estado de nuestro ego; en algunos casos, cuando la complicidad o la codependencia son mayúsculas esto implica la sumisión del uno frente al otro. Es decir, hay parejas, por ejemplo, en las que uno se enajena por el otro y se convierte en su espejo fiel, el enajenado repite las ideas, palabras y hasta las actitudes del agente de enajenación; y así es como vemos a esposas agachadas, temerosas, pendientes solo del gesto del marido, como los perros. Esas pobres mujeres que cuando están solas, brillan con su propia luz, pero cuando acompañan al hombre se opacan para convertirse en espejos. El peor caso del síndrome es el de aquellos que no soportan ver espejos diferentes, es decir, que estallan de ante la evidencia de que el espejo mágico les muestre otra realidad distinta a su ego. ¿Qué hacen? Destruyen el espejo, lo aniquilan.

Mujeres de Lucha

Hace unos días se anunció el nombre de la ganadora del Premio María Luisa Reynoso de este año, nada menos que mi amiga Irma Campos Madrigal. Con ello se empatan dos personajes relevantes para la causa de los descastados, los niños, los trabajadores y las mujeres. María Luisa Reynoso que navegó durante décadas con la problemática de los niños en situación de vulnerabilidad extrema por orfandad o abandono que eran recogidos en el amoroso seno de la Granja Hogar de Niños. María Luisa Reynoso y esta servidora coincidimos en una reunión con motivo de la firma de convenios entre Gobierno del Estado y la organización que representaba en ese tie mpoGilberto Rincón Gallardo. Tardaba en comenzar el evento lo cual nos dio tiempo de charlar, y me dijo –Oye qué bueno que tenemos tiempo de platicar. Mira, tú me ves como religiosa pero en realidad soy una mujer de lucha. He luchado mucho. Abracé la causa de los niños necesitados a pesar de no tener apoyos. Quiero que oigas mi historia-- . Me dejó tan vivamente impresionada ese día que pensé entablar una entrevista posterior, no se pudo, falleció menos de una semana después. No obstante concluí que, independiente de su religiosidad, la Reynoso era una mujer de Lucha, igual que nuestra Irma Campos. Felicidades Irma.

Viajante


Los viajes ilustran, dice un dicho popular. El solo hecho de ver otros paisajes y conocer otras ciudades, ambientes sociales y personas, es ampliamente educativo. Así lo considero, por lo menos después de haber estado en Monterrey Nuevo Léon, a donde fui invitada para conocer la obra de un artista chihuahuense avecindado en aquella ciudad, me refiero al fotógrafo Javier Orozco. Efectivamente, este artista plástico posee un trabajo interesantísimo que trasciende mucho más allá de la captura simple de las imágenes a través del lente de la cámara, para alcanzar un nivel que lo acerca más a la pintura por el manejo de la composición y temática conceptual. Les adelanto, amigos lectores, que es muy probable que el año venidero estemos viendo una exposición de su obra en Casa Redonda. No se la pierdan.

Monumentos y Museos

La ciudad de Monterrey, reconocida desde antaño por su dinamismo industrial, hoy en día muestra una faceta mucho más amable gracias a que en las últimas décadas ha vivido un deliberado acercamiento al arte. El centro de la ciudad, con su famosa macroplaza, está coronado por grandes esculturas, algunas de artistas contemporáneos de gran renombre como Botero, Soriano, Barragán y Toledo; desde luego hay, también, obra de Sebastián. La ciudad cuenta con magníficos museos –que visite todos--, un enorme Teatro de la Ciudad, un hermoso Palacio de Gobierno y el curioso edifico Art Deco que aloja actualmente las oficinas del Consejo de las Artes de Nuevo León. Lo más notable es el recién inaugurado Paseo Santa Lucía, importantísima obra de ingeniería urbana que consiste en un canal navegable que atraviesa la ciudad desde la macroplaza hasta los jardines del Parque Fundidora. En verdad, un bello y atractivo paseo para el turista.

Música en CD

Aparte del grato recuerdo de lo anterior, me traje de este viaje dos producciones discográficas que andaba buscando desde hace tiempo: Uno con los éxitos de Dionne Warwick (quienes leen esta columna recordarán que andaba yo preguntando por ella) en versión CD, lo que me hace feliz aún cuando yo imaginaba poder hallarlos en versión long play de 33, pero no se puede todo en la vida; la otra es el Álbum del Concierto para Bangladesh de George Harrison y compañía que contiene dos CDs y que incluye un performance de Bob Dylan. Pues bien, los oigo y me digo que valió la pena la compra, el viaje y todo.

Las cortesanas

De otro viaje, pero a la librería El Sótano de la ciudad de México, me traje hace unos días un curioso libro titulado “Las cortesanas” de Susana Griffin. Originalmente escrito en inglés, la traducción al español es un poco abigarrada, pero fuera de que algunas figuras retóricas son arcaicas su lectura atrapa al lector con bastante facilidad. Sobre todo para quienes estamos fastidiadas de leer relatos de sufrimiento femenino. En este libro la autora esboza las biografías de algunas de aquellas mujeres que hicieron historia por haber logrado burlar al patriarcado, el machismo y a la doble moral que pretendía oprimirlas ferozmente durante los siglos XVIII al XX, conocidas como cortesanas por ejercer elegantemente el oficio más antiguo de la humanidad. En realidad ellas fueron mujeres que supieron tener amantes, poder y riquezas gracias a sus dotes, que no siempre dependían de la belleza, sino más bien de su sabiduría, ya que eran extraordinariamente educadas, cultas, inteligentes y astutas. ¡Hurra!

Dios los hace



En la planta baja de la Torre Legislativa de Gobierno del Estado se encuentra montada una muestra fotográfica por demás interesante, se trata de la exposición Imágenes Periodísticas de Andrés Páez, Luis Chávez y Alberto Hierro, tres talentos jóvenes de la ciudad.

Dios los hace…y ellos se juntan, dice un refrán tan popular y explícito que probablemente no sea necesario explicar. Refiere a esa cualidad de las personas para encontrar sus pares en la vida, que no es cosa del azar ni de la casualidad sino de la disposición de dedicarse a hacer lo que se gusta, así como compartir con quienes tienen los mismos intereses.

En este caso, cada quien por su lado, como tres corrientes de agua cada una con su cauce y fuerza definidos, estos tres fotoperiodistas han llegado a convergir en esta exposición, centro neurálgico de su presente y por qué no, punto de partida de un prometedor futuro.

Compañeros de andanzas, sabores y sinsabores del periodismo gráfico de espectáculos y cultura, provenientes de distintos medios, Andrés, Luis y Alberto suelen encontrarse en el constante cruce de caminos que les impone el cumplimiento de las órdenes de información. Ahí están ellos todo el tiempo, firmes con la cámara frente a los escenarios del Teatro del Pueblo, palenques, salones de baile, centros nocturnos, galerías, foros culturales y todos los escenarios teatrales de la ciudad, explorando una actividad abundante en gratificaciones pero que a la vez impone ajetreadas rutas de trabajo diarias, desveladas y hasta malos tratos de parte de guardias de seguridad y promotores artísticos.

¿Aprendices?

Asimismo, Andrés, Luis y Alberto coinciden en este tiempo como aprendices de un género muy especializado y poco valorado en el gremio chihuahuense: la fotografía de espectáculos, que también tiene sus bemoles. Y todo para poder informar verazmente, sagrado deber de cualquier periodista; pero no solo eso, sino particularmente en el caso de estos fotoperiodistas, captar el momento, el instante cumbre de los actos humanos llamados artísticos. Bastante complicado siendo tan subjetivo en ocasiones este quehacer.

Esta exposición colectiva, primera en la que ellos participan, es un reflejo de su convicción por el fotoperiodismo pero también por la fotografía como hacer artístico. Las complicaciones mismas del género implican ir en pos del mejor momento, del enfoque adecuado, de la presteza para captar el gesto, el color, la textura, el conjunto de sutilezas que en suma conforman en cada uno un estilo propio, un lenguaje determinado por la personalidad. A pesar de sus diferencias estilísticas, son efectivamente un grupo, el grupo de los nuevos reporteros gráficos de la ciudad de Chihuahua, que vienen como todos los jóvenes, empujando con la mirada puesta hacia el futuro.

Borges que no Borjes

“… No necesito hablar, ni mentir privilegios; bien me conocen quienes aquí me rodean, bien saben mis congojas y mi flaqueza. Eso es alcanzar lo más alto, lo que tal vez nos dará el Cielo: No admiraciones ni victorias sino sencillamente ser admitidos como parte de una Realidad innegable. Como las piedras y los árboles”. (Fragmento de “Llaneza” de Jorge Luis Borges. )

El último adios a Víctor Hugo


Las mujeres mujeres, es decir las que tenemos fuertemente introyectado el género, solemos llevar la cuenta de nuestras vidas a partir del nacimiento de la prole y generalmente iniciamos las crónicas familiares con un “cuando estaba embarazada de Panchito o Juanita…”. Al fin de cuentas es la maternidad la que determina el género. En fin, esto me viene a la mente al recordar mi acercamiento con Víctor Hugo Rascón.

En 1982, el dramaturgo, si bien ya era profeta lejos de su tierra, había recibido un duro golpe en esta su natal Chihuahua cuando el gobernador Ornelas le había prohibido representar en la plaza la obra “El baile de los Montañeses” por considerarla subversiva. No cuento nada nuevo, Víctor Hugo recordaría por siempre esta fatal anécdota. En el 83, el grupo de estudiantes de Letras que publicábamos en el suplemento Tragaluz del diario Novedades en tiempos de Fuentes Mares, leíamos con gran admiración la obra de nuestro paisano en unos folletos mimeografiados que difundía la UNAM. Nos pasábamos los textos de mano en mano y luego comentábamos las obras en largas tertulias donde abundaba el cigarrillo y el café. Nos deslumbró la profundidad poética de Voces en el Umbral, la sensibilidad social de Los ilegales, el valor con que se abordaba el tema de la sierra chihuahuense en El baile de los Montañeses.

La otredad

Embarazada de Aníbal, ésta que escribe reflexionaba continuamente sobre la maternidad como un estado de confrontación con la otredad. La madre lleva en su cuerpo durante nueve meses no solamente al hijo fruto de sus entrañas, sino al que como su otro le habrá de otorgar la calidad de mujer madre, coludiéndose ambos en una dicotomía infinita, plagada de correspondencias o codependencias. Por tal motivo me impresionó vivamente su obra “La razón de Elvira” donde alude aquel trágico suceso de la vida real donde Luz Elvira Cruz envenena con raticida a sus pequeños hijos y enseguida intenta suicidarse, colgándose de una viga de su destartalada choza de cartón en una colonia miserable del DF. ¿Qué vivencias tan horrendas le llevaron a esa determinación?¿Qué desprecios, opresiones, hostigamientos había sufrido esta nueva Medea? Publiqué un breve ensayo crítico que luego supe fue recortado del periódico y enviado al dramaturgo por una de sus hermanas.

Meses más tarde, con el pequeño de 30 días de nacido en brazos acudí a la ceremonia donde se entregaba el Premio Tomás Valles a Víctor Hugo, ahí hablamos, él quería conocer a la que había escrito favorablemente de su obra. --¡Hasta que hubo alguien en mi tierra que habló bien de mi!-- Me dijo.

El último adiós

El sábado le dimos el último adiós en una ceremonia oficial en un teatro que resultó insuficiente. Todo el mundo quería estar ahí. Unos lloraban, otros simplemente se dejaban ver. Por parte de algunos nos queda la satisfacción moral de haber amado a Víctor Hugo mucho antes de los reconocimientos, los homenajes, los nombramientos honorarios y la fama; mucho antes de que los de la clase política pelearan un espacio junto a él para salir en la foto.

Julio: mes convulso


La información llegó por el moderno Internet. Las páginas digitales de México comenzaron a difundir la penosa noticia el miércoles 30 de julio por la tarde: “El poeta, cuentista, dramaturgo, director de escena, actor y guionista mexicano Alejandro Aura murió este miércoles, a los 64 años de edad, en Madrid, ciudad donde residía desde hace 8 años. Sus cenizas fueron trasladadas a México por petición del escritor. La muerte de Alejandro Aura me conmociona igual que a muchos afectos a la literatura mexicana contemporánea; después de todo Aura comparte créditos junto con otros autores como Jaime Labastida, Juan Bañuelos, José Carlos Becerra, Eraclio Zepeda, Eduardo Lizalde, Elsa Cross, Jaime Augusto Shelley, entre varios más que conformaron la generación de poetas que en los años sesentas del siglo pasado lograron el cambio definitivo de la poesía mexicana. Quienes por aquellos años se consolidaron como el grupo de “Poetas jóvenes de México” (los nacidos después de los cuarentas) para escribir una poesía innovadora en las formas y comprometida en las ideas.

Cinco veces la flor

Debo decir que conocí la obra de Alejandro Aura a la corta edad de catorce años y desde esa época memoricé varios de los textos del libro “Cinco veces la flor” que se constituyó para esta generación como uno de los modelos a seguir. Con el tiempo Aura incursionó en diversos géneros, destacándose en el teatro, el cine y , sobre todo, la televisión, donde produjo ingeniosos programas televisivos que en su momento lograron combinar exitosamente el comentario intelectual con el entretenimiento. Vaya, digamos que fue precursor en el importantes y novedosos actos de promoción artística, como utilizar la plaza del Zocalo para lectura de poemas y conciertos.

Entre sus libros de poesía destacan: Cinco veces la flor, Varios desnudos y dos docenas de naturalezas muertas, Volver a casa, Alianza para vivir, Tambor interno, Hemisferio sur, La patria vieja, Cinco veces y Poeta en la mañana.

Ya en España y convaleciendo su enfermedad, manifestó su incontenible creatividad través de un blog personal en el que desplegó reflexiones y sensaciones del "otoño" de su vida.

Antes de morir escribió : “ Así pues, hay que, en algún momento, cerrar la cuenta, pedir los abrigos y marcharnos. Aquí se quedarán las cosas que trajimos al siglo, y en las que cada uno pusimos nuestra identidad; se quedarán los demás, que cada vez son otros y entre los cuales habrá de construirse lo que sigue, también el hueco de nuestra imaginación se queda para que entre todos se encarguen de llenarlo, y nos vamos a la nada, limpiamente como las plantas, como los pájaros, como todo lo que está vivo un tiempo y luego, sin rencor, deja de estarlo.

Epílogo:

Julio es un mes covulso, según afirman los estudios de lo esotérico y seguramente tendrán razón porque apenas termino de escribir esta nota cuando corre la noticia de la muerte de nuestro querido Víctor Hugo Rascón Banda, quien recibió este sábado un homenaje de cuerpo presente en el Teatro de Cámara Fernando Saavedra a partir de las 10:30 de la mañana, con la presencia del Gobernador del Estado. Murió también el escritor chihuahuense Rubén Alvarado y mi amadísimo tío adoptivo, el Profr. Máximo Ortega. Algún día estaremos con ellos.

Uno vuelve siempre a donde amó la vida



Regreso a Calicanto después de una larga ausencia --este breve espacio en que no estás- únicamente para recordar que una vez amé y después de amar amé con un sentimiento jamás repetido, y que debajo de sus toronjiles y limoneros escribí algunas de las más bellas líneas de mi vida. Sólo por eso regreso, aún y a pesar de que también ahí sufrí la más amarga de las decepciones, pero el amor es así… Lo cual me hace recordar la Canción de las Simples Cosas: “Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas. Lo mismo que un árbol en tiempo de otoño se queda sin hojas. Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas. Esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón. Uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amo la vida. Y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas. Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso. Que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.

Thérese

Thérese es el seudónimo con el que el personaje de la famosa novela del Marqués de Sade, Justine, sufre sus desventuras. De suplicio en tortura, de tortura en suplicio, Thérese va por los caminos de la decadente sociedad francesa que antecede a la toma de la Bastilla. A cada nuevo lugar que llega, con gran ingenuidad relata sus desdichas sólo para caer una vez más en situaciones por demás escabrosas, en las que sufre increíbles vejaciones sin fin. No obstante la degradación sexual y moral a la que es continuamente sometida, Thérese ( que lleva el mismo nombre de la Santa de Avila) se mantiene incólume, igual que como dijera el poeta mexicano: cual ave que cruza el pantano sin manchar sus alas. Justine- Thérese se mantiene viva sintiéndose a sí misma exenta de las salvajadas a que es expuesta, puesto que ella no las buscó ni las disfruta. ¿Una concesión del escritor para contrarrestar la censura moralizante? Más bien, una circunstancia que agudiza el morbo de sus lectores. Por algo Freud basaría la tipificación del complejo sicológico conocido como Sadismo en la obra del Marqués: el sádico disfruta haciendo sufrir al otro y mejor mientras éste le oponga resistencia. Thérese no se deja vencer, por eso resulta atractiva a la mirada de los sádicos. Podrán tener su cuerpo más no su alma. Considerando que las novelas de Sade circulaban como pan caliente exactamente en los tiempos posteriores a la Bastilla, no puede uno más que imaginarse a aquella masa sedienta de muerte que acude en tropel a las ejecuciones para ver caer las ensangrentadas cabezas monárquicas. Misma turba que seguramente cargaba los pliegos amarillentos de los escritos de Sade en sus bolsillos.

Thérese, Thérese

Trescientos años después, Milán Kundera en la Insoportable Levedad del Ser recrea el personaje. La Teresa de Kundera se compromete y desea amar sin dejar de ser ella misma, pero sufre la pesadez de la conciencia, es débil. Su contraparte, Tomás, asume la vida con liviandad, sin reflexionar ni comprometerse con nada hasta que conoce a Teresa. El peso y la levedad, el cuerpo y el alma, dicotomías que en franca oposición dialéctica hacen girar la historia. ¿En dónde radica la similitud de las dos Teresas? La respuesta se lo dejo a usted, amable lector.