Friday, December 05, 2008

Ya métete pa´dentro que la estás regando


Asistíamos a una boda muy fresa donde todo era nice. Abundaban los vinos importados, los entremeses eran cangrejo, caviar… y la decoración de exquisitas flores blancas y gobelinos de seda. Entre las asistentes se veía uno que otro vestuario de diseñador francés y abundaban los diamantes en gargantas y muñecas. El festejo se desarrollaba perfecto, con la mesura que cabe a la gente bien hasta que, como en cualquier boda de rancho, el novio se puso jarras y ya entrado en calor subió al templete donde la orquesta tocaba algún anodino tema musical de elevador, para interrumpirla con un “tóquenme el Rey”. La cara de los músicos era de ¿what?.

--Si, el Rey, ¿qué no se la saben? –agregó el interfecto y robándose un micrófono gritó: No tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rrreeeyyy, remarcando la rrr de trrono, rrreina y rrrey.

Los músicos trataban de seguirlo mientras este continuaba en su afán artístico; una y otra y otra, no se cuántas veces repitieron el Rey de José Alfredo Jiménez. Cada vez peor, el chamaco se ponía en ridículo a sí mismo, a la novia que a estas alturas se había encerrado en el baño, acompañada solo por las damas de honor que trataban de calmar el inminente ataque de histeria, y a los papás de ambos contrayentes que se reprochaban entre ellos haber gastado tanto en un evento para quedar bien en el que, por el contrario, iban a ser abiertamente deshonrados. Tíos, primos y amigos del novio, subían e intentaban bajarlo inútilmente.

--Es mi boda—gritó –y ahora se aguantan gueyes, yo hago lo que quiera, para eso soy el rey de esta fiesta, pus que no se saben la canción? Y se soltó como disco rallado: Ess mi boda, ess mi boda, ess mi boda, ess mi boda, ess mi boda…La asistencia pasaba de la risa al fastidio y a la indignación, nada ni nadie lo hacía desistir de aquella cancioncita de niño de “esss mi boda, esss mi boda, esss mi boda”, hasta que al fin la madre, superando el bochornoso trance con toda la autoridad moral que le daba haberlo parido, subió, le dio una palmada en la cabeza y le dijo: “¡Ya detente m’hijo, bájate y vete con tu esposa! ( o sea: ya métete pa’dentro que la estás regando).

Desde entonces cada vez que alguien se sube a su templete, agarra el micrófono y se cree el rey, le cantamos: “Esss mi boda, esss mi boda, esss mi boda”. Así como un sujeto que en cuanto se subió a su ladrillo, cual cucaracha se mareó y hasta pidió que en su cumpleaños le cantaran las mañanitas con orquesta sinfónica y todo, que al cabo para eso “ess mi cumple, ess mi cumple, ess mi cumple… y yo soy el rey de mi fiesta (¿Qué no habrá alguien que le diga: ya métete pa´dentro que la estás regando). No cabe duda que sobran de esos.

Remando Despacio

Dice Violeta Parra que lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber, yo diría que ni con todo el poder se puede obtener por la fuerza el amor. El cómo se llega al amor siempre será un misterio. Por mi parte, estoy dispuesta nuevamente al amor, tal como lo expresa Briseño en el tema “Remando despacio” en voz de nuestra siempre admirada Eugenia León: Está muy bien, por aceptar que aun es posible enamorarse. Pero eso si va a estar difícil que me impidan arriesgarme, voy a vivir lo que cualquiera recomienda en estos casos: Hacerse al mar y no voltear hasta llegar al otro lado. A mi no me cuesta nada seguir remando despacio, ven arriésgate conmigo a descubrir el abrazo…. A ver, a quién le va a importar lo que yo piense en este mundo si yo también cuando lo miro me confundo. A mi no me cuesta nada seguir remando despacio…ven arriésgate conmigo a descubrir el abrazo.

No comments: