Thursday, October 23, 2008

Edith, las amazonas, Serrat y Aute



Edith y las Amazonas

Hace unos días recibí correo de mi querida amiga Edith desde España. Como siempre sucede, su mensaje fue para mí como recibir una bocanada de aire fresco. Me reservo revelar lo que ella me dice, pero trascribo aquí parte de mi respuesta: “Hola Edith. Me da gusto saber de tí.. A pesar del aire de misterio, noto en tu prosa un estado espiritual de serenidad, la serenidad que proviene de saberse completa. Eso me gusta. Somos como amazonas. ¿Recuerdas el mito de las amazonas, aquellas mujeres guerreras capaces de cercenarse un seno para poder manejar mejor el arco? Claro que a estas alturas de la civilización no hay que llegar a tales extremos, pero en el plano de lo simbólico, que es en el que cobran sentido los mitos, la decisión de la amazona actual refiere a esa actitud frente a la vida de saberse completa, autónoma y libre”. Edith: Hasta donde estés, va contigo mi pensamiento.

Serrat y Algo personal

Y los 20 mil que estuvimos en El palomar coreamos junto con Serrat: “Probablemente en su pueblo se les recordará, como cachorros de buenas personas, que hurtaban flores para regalar a su mamá, y daban de comer a las palomas. Probablemente que todo eso debe ser verdad, aunque es más turbio cómo y de qué manera, llegaron esos individuos a ser lo que son, ni a quién sirven cuando alzan las banderas… Se gastan más de lo que tienen en coleccionar, espías, listas negras y arsenales; resulta bochornoso verles fanfarronear, a ver quién es el que la tiene más grande…” ¿Será por algo que sabemos, por alguna experiencia con políticos? Y continuamos:”…No conocen ni a su padre cuando pierden el control, ni recuerdan que en el mundo hay niños. Nos niegan a todos el pan y la sal. Entre esos tipos y yo hay algo personal. Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión, de declarar públicamente su empeño, en propiciar un diálogo de franca distensión, que les permita hallar un marco previo…” Ciertamente, fuera de la expresión común entre políticos, esa de que no es nada personal, si hay algo personal, lo subraya Joan Manuel con gran agudeza crítica en su canción Algo Personal. Esta que escribe agrega: …y cuando pierden el control no conocen ni a su madre ni a su padre, mucho menos a sus amigos.

Auté y la belleza perdida

Otro excelente poeta musical español Luis Eduardo Aute escribe:
“… y ahora que ya no hay trincheras el combate es la escalera y el que
trepe a lo mas alto pondrá a salvo su cabeza Aunque se hunda en el asfalto
la belleza...
Míralos, como reptiles, al acecho de la presa, negociando en
cada mesa maquillajes de ocasión; siguen todos los raíles que conduzcan
a la cumbre, locos por que nos deslumbre su parásita ambición. Antes iban
de profetas y ahora el éxito es su meta; mercaderes, traficantes, más que
nausea dan tristeza, no rozaron ni un instante la belleza...”

Igual que Aute, hago un acto de fe con lo siguiente: “…Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada la belleza…”

 

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