Monday, October 06, 2008

Julio: mes convulso


La información llegó por el moderno Internet. Las páginas digitales de México comenzaron a difundir la penosa noticia el miércoles 30 de julio por la tarde: “El poeta, cuentista, dramaturgo, director de escena, actor y guionista mexicano Alejandro Aura murió este miércoles, a los 64 años de edad, en Madrid, ciudad donde residía desde hace 8 años. Sus cenizas fueron trasladadas a México por petición del escritor. La muerte de Alejandro Aura me conmociona igual que a muchos afectos a la literatura mexicana contemporánea; después de todo Aura comparte créditos junto con otros autores como Jaime Labastida, Juan Bañuelos, José Carlos Becerra, Eraclio Zepeda, Eduardo Lizalde, Elsa Cross, Jaime Augusto Shelley, entre varios más que conformaron la generación de poetas que en los años sesentas del siglo pasado lograron el cambio definitivo de la poesía mexicana. Quienes por aquellos años se consolidaron como el grupo de “Poetas jóvenes de México” (los nacidos después de los cuarentas) para escribir una poesía innovadora en las formas y comprometida en las ideas.

Cinco veces la flor

Debo decir que conocí la obra de Alejandro Aura a la corta edad de catorce años y desde esa época memoricé varios de los textos del libro “Cinco veces la flor” que se constituyó para esta generación como uno de los modelos a seguir. Con el tiempo Aura incursionó en diversos géneros, destacándose en el teatro, el cine y , sobre todo, la televisión, donde produjo ingeniosos programas televisivos que en su momento lograron combinar exitosamente el comentario intelectual con el entretenimiento. Vaya, digamos que fue precursor en el importantes y novedosos actos de promoción artística, como utilizar la plaza del Zocalo para lectura de poemas y conciertos.

Entre sus libros de poesía destacan: Cinco veces la flor, Varios desnudos y dos docenas de naturalezas muertas, Volver a casa, Alianza para vivir, Tambor interno, Hemisferio sur, La patria vieja, Cinco veces y Poeta en la mañana.

Ya en España y convaleciendo su enfermedad, manifestó su incontenible creatividad través de un blog personal en el que desplegó reflexiones y sensaciones del "otoño" de su vida.

Antes de morir escribió : “ Así pues, hay que, en algún momento, cerrar la cuenta, pedir los abrigos y marcharnos. Aquí se quedarán las cosas que trajimos al siglo, y en las que cada uno pusimos nuestra identidad; se quedarán los demás, que cada vez son otros y entre los cuales habrá de construirse lo que sigue, también el hueco de nuestra imaginación se queda para que entre todos se encarguen de llenarlo, y nos vamos a la nada, limpiamente como las plantas, como los pájaros, como todo lo que está vivo un tiempo y luego, sin rencor, deja de estarlo.

Epílogo:

Julio es un mes covulso, según afirman los estudios de lo esotérico y seguramente tendrán razón porque apenas termino de escribir esta nota cuando corre la noticia de la muerte de nuestro querido Víctor Hugo Rascón Banda, quien recibió este sábado un homenaje de cuerpo presente en el Teatro de Cámara Fernando Saavedra a partir de las 10:30 de la mañana, con la presencia del Gobernador del Estado. Murió también el escritor chihuahuense Rubén Alvarado y mi amadísimo tío adoptivo, el Profr. Máximo Ortega. Algún día estaremos con ellos.

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